No tan 2010 todavía, aún hay 09 para cortar en tiritas. Desde la California sensible los Local Natives le ponen ensayo a las horas de sol y si fueran a la playa seguramente lo harían envueltos en sus gruesas camisas escocesas. Lo que sigue es música mecánica, imposible medirse el pulso al lado de esa batería, pero si sellamos los auriculares al vacío con nuestros oídos adentro se nos puede confundir nuestro propio ritmo en otros golpes, y que eso pase es por lo menos un regalo.
Corramos a Fleet Foxes de nuestra memoria auditiva. A Vampire Weekend también. No es tan complicado, es más, se da un fenómeno involuntario, las cosas se vienen al frente o se van para atrás como lo hubiera soñado Gestalt. Primero las segundas voces o la batería, después los arpegios de guitarra o las cuerdas y el bajo, todo tiene su primer plano pero nunca se pierde el cuadro. En Camera Talk, y es solo un ejemplo de su arquitectónico disco Gorilla Manor, todo está apurado y fuerte pero suena sutil.