Desde hace unas semanas, la presión que habitualmente sufre el colectivo homosexual en Camerún, y en especial los miembros de la ADEFHO y su presidenta Alice Nkom –cabeza visible del movimiento en el país- ha crecido enormemente a cuenta de una subvención por de la UE para realizar un proyecto de defensa de los Derechos Humanos entre gays y lesbianas.
Alice Nkon, durante su estancia en La Laguna.
Foto: Aurora Moreno Alcojor
Lo que antes eran miradas furtivas y cuchicheos se han convertido en una campaña de insultos y amenazas que alcanzaron su punto álgido el 11 de enero cuando Kengoum Celestin, abogado al igual que Nkom, aseguró en la televisión nacional que tenía unos amigos que “la esperaban en un rincón oscuro para festejarla”.
El Gobierno, por su parte, en lugar de proteger a sus ciudadanos, la acusa de actuar contra la “legalidad, la soberanía y la independencia de Camerún” y ha pedido a la Unión Europea que cancele esta subvención.
Desde España, algunas asociaciones como Triángulo se están movilizando para que las amenazas no se conviertan en realidades y este asunto no pase ‘desaperecibido’ en la UE, tal y como lo hacen tantos otros.