Arrancaba mi 2013 del Auditorio ovetense con el regreso del violinista Alexandre Da Costa, esta vez con la OvFi dirigida por su titular y en un monográfico Saint-Saëns que se grabará para el Sello Warner en estos días. Reconozco que el compositor francés no está entre mis elegidos, sin entrar en la "corriente de opinión que desvalorizaba a este compositor acusándolo entre otras cosas de frío academicismo..." que comenta en las notas del programa la profesora Miriam Perandones, pero resultó un placer seguir comprobando el crecimiento artístico de la orquesta carbayona y el buen entendimiento con el maestro italiano que está dándole a la formación nuevos colores y el espíritu mediterráneo del que Haider carece pero que nos hace más cercana en los repertorios y sus interpretaciones.
Una versión a solo de la Asturiana de Falla fue un regalo con guiño local desde la universalidad de la música, donde no lloró el pino sino el violín de Alexandre, expléndido nuevamente.
Los dos bloques de la sinfonía estuvieron bien delineados por el maestro italiano el Adagio-Allegro moderato - Poco adagio claro de diseño, sacando a flote los recovecos melódicos que esconde y jugando con las dinámicas y cambios de tempo, más la irrupción orgánica y pianística del Allegro moderato - Presto - Maestoso - Allegro perfectamente encajados cual bloque cálido jugando con los protagonismos de todas las familias instrumentales. Versión brillante de esta sinfonía "orgánica" casi pariente lejana aunque con menos recursos que el posterior Preludio Festivo Op. 61 de R. Strauss.