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Aldea La Promestilla, Catacocha
9 kms separan la entrada por la vía principal dejando a un lado el cerro Tarimbo y detrás la aldea de Agua Rusia, una distancia que se hace en unas 2 horas a paso normal y donde el paisaje de bosque seco te atrapa sin remisión.Lo más destacado de nuestra nueva caminata con la Ruta de los Cerros, aparte del gran descubrimiento de la chorrera El Pindal, fue sin duda disfrutar el silencio de la naturaleza mientras se camina por un entorno que silba tus oídos acariciándolos con el dulce hablar del viento.Un paseo nada exigente que te deja contemplar en la distancia la silueta del inconfundible cerro Ahuaca dominando la ciudad de Cariamanga a la distancia, igualmente Las Cochas se presenta como guardiana de la pequeña aldea de La Promestilla, aislada entre una exhuberante vegetación, dominada por los faiques, propia de la tardía época invernal en la que nos encontramos y rodeada de cerros que la protegen. ¡Un verdadero lujo contemplarla!.
Llegando a la Escuela de Ntra. Sra. del Carmen, la cual cesa este año su actividad después de 19 años atendiendo las necesidades educativas básicas de la escasa población, la ruta comienza a ponerse exigente por la visita a uno de los paraísos mas sorprendes que nos ha regalado la zona desde que empezamos con las caminatas.
Chorrera y Lagunas El Pindal. Imágen Onofre Agila
La quebrada Los Naranjos nos premia con una bucólica zona de lagunas y chorreras, conocidas como El Pindal, a la cual merece la pena llegar bajando un peligroso descenso dónde el vértigo te domina si no estás acostumbrado a las alturas. Un sendero que aún no puedo explicarme como es posible sobrepasar con animales de carga, burros y asnos son los elegidos.
Merece la pena. Merece mucho la pena patear ese camino de herradura si la recompensa es algo tan espectacular como un conjunto de rocas dispuestas para formar una caída de agua hipnotizante que te hace imposible dejar de observarla. El baño por supuesto es obligado en cualquiera de las pequeñas pozas y lagunas que dan resultado.
La vuelta se realizó por un sendero mas largo, quebrada abajo, pero mas seguro, aunque tuvimos que ir abriendo camino por la exagerada vegetación.La subida vuelve a ser de lo mas exigente, sobre todo por el cansancio acumulado, pero la recompensa la encontramos en la casa de los amigos Lida Jaramillo y Milton Rojas, con una invitación sorpresiva para paliar nuestro esfuerzo degustando un exquisito Sancocho de chancho, acompañado con maduros fritos y chicharrón, ¡una delicia reparadora!.
Descansando en un corredor tradicional
De vuelta a la escuela, donde era nuestro staff, el almuerzo contratado con los moradores nos esperaba a modo de amenazadora sobredigestión, pero el cansancio de una caminata llena de sorpresas, cansancio y fraternidad comunal hizo que la segunda comida del día fuese otro placer de convivencia entre los cada vez mas abundantes caminantes de una zona, que vuelvo a repetir las veces que haga falta, tan privilegiada para el turismo rural que no se entiende la dejadez institucional para potenciar y promover estos lujos.Si quieres ver mas fotos de este paseo puedes entrar al álbum que hemos puesto en nuestra cuenta de Facebook pinchando aquí.
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