Caminando solo

Publicado el 02 diciembre 2016 por Carlosgu82

A algunas personas les gusta caminar por senderos o  caminos desolados sola después de un dia pesado o una discusión para tener un momento a solas con sus pensamientos.

Un dia normal transcurre sin interrupciones o por lo menos ninguna extraña, llega la tarde y es hora de saludar a su novia. Salen a tomar un café pues fue un dia nublado y cayendo la noche esta se hace cada vez más frío.

Entre risas, coqueteos y  los chistes típicos de pareja algo dice la mujer que no le gusta y empiezan una pequeña discusión, tal vez celos o simplemente un recuerdo fuera de contexto, el hombre paga la cuenta y como es de costumbre se es caballero y la acompaña en su casa, se despide, el orgullo puede mas y dejan el tema para otro dia  emprende viaje hacia su propia suya. Hoy tomará otro camino quiere silencio y calma para recordar lo que acaba de pasar  pero no será algo de qué alegrarse.

Va solo caminando escucha el viento chocando contra los árboles hasta que de pronto un ruido discreto e inusual llama su atención (nada de qué preocuparse). avanza unos metros y esta vez el ruido se acentúa más “¿un animal?” piensa el hombre. Debe aligerar su paso y en tan solo unos metros nota que algo entre los árboles lo rebasa,  sus sentidos están alerta y da unos pasos atrás pero la misma historia se repite sabe que no tiene escapatoria.  En su mente los pensamientos se hacen confusos e intenta buscar con la mirada de que se trata todo , logra distinguir un movimiento entre los árboles y sin saber que pasa por su mente armado de valor se sale del camino “no sobra decir que ya es demasiado aventurado”.

Ve una silueta de una persona entre los árboles, el miedo lo invade pero algo en su mente lo impulsa. Toma un pedazo de rama tirada en el suelo y se decide a enfrentar a la supuesta persona y se acerca un poco haciendo movimientos bruscos pero la silueta desaparece, se da cuenta que no es de este mundo y un frío espectral atraviesa su cuerpo.

La única alternativa fue correr despavoridamente intentando encontrar el camino por donde iba pero su orientación lo traiciona, mira para todos los lados y no ve el camino, siente que algo lo mira de frente y lo hace retroceder lentamente hasta que tal cosa parece desaparecer. No pasaron cinco segundos y siente que algo a su espalda sale de entre los árboles, gira su cuello lentamente, ya no hay nada, y cuando mira al frente aquel espectro a menos de diez centímetros de él lo está mirando fijamente a los ojos con un rostro cadavérico ojos amarillos, iris negro  y ausentes de párpados. No se escuchó ningún grito, ningún lamento, ningún ruido.