Caminar

Publicado el 20 diciembre 2011 por José Angel Barrueco

Susurran las heridas de mis piesoraciones que se pierden en los callejones,cae la tarde en mi equipaje diariodespiertan los grillos de la demenciaal mismo tiempo que me rompo los tímpanos con arpegios afilados.
Llevo un espantaespíritus colgado del cuellotrenzado con cabello de personajes ficticios,en ésta vuelta del reloj despiertan los dolores del niñoque jamás volveré a ser.
Recuerdo y camino...
Como un Thoreau recién duchado,falseando al ermitaño que seré con perfume barato,aúllo al cielo sucio mis cuitas,reduzco la vida que me habita a una expresión de ascoy busco la aprobación de los santos que aguardan en las esquinas.
Durante el crepúsculo,cubro la realidad con el barniz de la fantasíaaunque los insectos que planean mi muertesigan confortables bajo el asfalto.Paseo, hollo avergonzado mi esquizofrenia intransferible,cuido de las flores que han de aislarme definitivamente de todoaquello a lo que amo y que me aterroriza.Vigilo cuidadamente mi decadenciapara comprobar que nada falle en mi descendimiento.
Me he nombrado mesías de la soledadmientras recorría las calles de todas las ciudadesy forzaba el contacto físico con mis semejantes por última vez.
Habré de marcharme cuando caiga la nochea gritar desde la columna que me espera en el desierto de la razónincomprensibles salmodias en lenguas muertas.Abandonarme,caminar en círculos,fingir que sé lo que me digo,y dejar de soñar con la inmortalidad.
Álex Portero, Fantasmas