Al llegar a Las Salas de nuevo a refugiarse en el mesón pues caía agua a mogollón. Después quedaba subir a lo alto de la presa de Remolina por una pista cortada al tráfico rodado y caminar nada más pasar el túnel por la carretera hasta llegar a nuestro destino.
Por mi cuenta y riesgo y acompañado de un par de amigos subí hasta Argovejo, son un par de kilómetros más de etapa, pero me apetecía tomar unos vinos en ese pueblo tan bonito y tan montañero de la Montaña Oriental Leonesa.Daniel Paniagua Díez