Un autobús de presos que estaban siendo trasladados de noche hasta una prisión de alta seguridad son atacados en mitad del bosque por un mutante caníbal (alias "Tres Dedos"). Al conseguir fugarse, en su huída toman como rehenes a un par de los vigilantes que viajaban en el transporte. Los convictos pondrán todo su empeño en escapar de la justicia, los funcionarios de prisiones harán lo propio por recuperar el control de la situación, y todos ellos tendrán que luchar para sobrevivir y escapar de las garras del monstruoso asesino que les acecha en la espesura...
El director y su amigo de la careta, riéndose de nosotros...
Esta película no hay por donde cogerla sin pringarse. Para empezar, el guionista pasaba por un mal momento, de eso no me cabe ninguna duda. Fruto de ello, la historia es una colección sin orden ni concierto de situaciones absurdas que derivan en decisiones absurdas y que dan como resultado situaciones más absurdas aún. Además, mil y un tópicos del cine se dan cita en este despropósito: un grupo de presos con un infiltrado entre ellos, el funcionario de prisiones que iba a dejarlo para ser abogado, lo que queda de un grupo de adolescentes idiotas que han sido masacrado... En definitiva, personajes vistos infinidad de veces con anterioridad. Y el desarrollo de la historia es pésimo y se limita al "corre que te pillo, ahora sí, ahora no, ahora nos persiguen a los dos...".Otra vez el pesado de la careta: ¡Si este tio da miedo, me corto las pelotas!
Pero la cosa no acaba ahí, y es que esas escenas gore donde la sangre es protagonista y que, bien filmadas, pueden salvar de la quema a más de una pésima historia, brillan por su ausencia. En su lugar, las muertes son ridículas y aderezadas con unos efectos especiales fruto de un CGI casposo y cutre a rabiar. ¡Y qué decir del villano de la función! Donde en las dos anteriores entregas teníamos a un grupo de salvajes mutantes bien organizados y capaces de ponernos mal cuerpo, en esta ocasión han sido sustituidos por un único superviviente de esa familia caníbal, cuya caracterización deja mucho que desear y que más que un personaje de película de terror parece una parodia de circo: prótesis que cantan dese lejos, un pelo ralo que parece la peluca de un payaso y todo un repertorio de gorgoritos y ruidos varios que le envuelven en un halo de ridiculez máxima. Una pena. Huid de ella como de la peste, a no ser que seais ultra fan del cine de terror o simples y puros masocas.