La dimisión tardía pero finalmente imposible de evitar de este hombre que suele levantar nerviosamente los hombros cuando entre lo que dice y lo que sabe se produce la discordancia de la mentira, me ha recordado, también a mí, le vieja canción de Gabinete Caligari. A su título bien podríamos darle una vuelta para confeccionar un letrero y ponérselo delante de los ojos a más de un político y política, para que tomaran nota: «Soria, tu ejemplo nos señala el camino». Entre las efectos favorables de esta dimisión no es la menor esta oportunidad de regresar al siglo pasado y a melodías que siguen conservando su frescura. Por esto, exclusivamente por esto, señor exministro, gracias. Y buen viaje.
La dimisión tardía pero finalmente imposible de evitar de este hombre que suele levantar nerviosamente los hombros cuando entre lo que dice y lo que sabe se produce la discordancia de la mentira, me ha recordado, también a mí, le vieja canción de Gabinete Caligari. A su título bien podríamos darle una vuelta para confeccionar un letrero y ponérselo delante de los ojos a más de un político y política, para que tomaran nota: «Soria, tu ejemplo nos señala el camino». Entre las efectos favorables de esta dimisión no es la menor esta oportunidad de regresar al siglo pasado y a melodías que siguen conservando su frescura. Por esto, exclusivamente por esto, señor exministro, gracias. Y buen viaje.