Campaña circense.

Publicado el 20 septiembre 2015 por Torrens

En mi opinión los períodos de campaña electoral son insoportables por la gran cantidad de estupideces que se sueltan, pero en la campaña de las catalanas del próximo 27 se ha alcanzado el record absoluto del absurdo y la estupidez.

En mis notas del 26 de julio y primero de septiembre pasados, bastante antes del inicio de la campaña comparaba la manera inteligente, correcta y civilizada con que gobierno, partidos, medios de comunicación y la ciudadanía en general del Reino Unido había tratado el asunto escocés y la manera totalmente opuesta, estúpida, insultante, agresiva y salvaje con que se ha tratado el asunto Catalunya en España, pero es que desde que se ha iniciado la campaña las maneras han empeorado notablemente, en especial en lo que al absurdo y la estupidez se refieren.

Hay ejemplos a toneladas, del estilo de Iceta del PSC criticando duramente a Ciudadanos por apoyar en Madrid al más corrupto de los partidos, el PP, en la ciudad donde más casos de corrupción se han dado, pero olvidándose que Ciudadanos también ha apoyado en Andalucía al segundo más corrupto de los partidos, el PSOE al que pertenece Iceta, en la CCAA en que han batido bastantes records de corrupción. También Ciudadanos se ha lucido con su aparente monopolio de la lucha contra la corrupción cuando, como he mencionado antes, han permitido renovarse a los gobiernos de CCAA más corruptos del país pidiendo solo a cambio la declaración de que no volverá a ocurrir aunque ya haya ocurrido, y además continúan sin hacer el ejercicio de transparencia que todos sus contrincantes llevan tiempo reclamándoles para que se sepa de donde han surgido los sustanciales fondos necesarios para crear y desarrollar un partido de la importancia de Ciudadanos.

También se ha lucido García Albiol, a fondo y en multitud de ocasiones, pero para mí la más clara fue un rebuzno de hace pocos días cuando advirtió a las empresas exportadoras catalanas que de ser Catalunya independiente sus ventas estarían sujetas a fuertes aranceles que destruirían todo su nivel competitivo. El ignorante no se ha enterado que hace casi quince años que en el mundo impera la globalización, que entre otras cosas es la causante de la invasión de productos chinos falsificados porque sus ventas en España ya no están sujetas más que a escasos controles aleatorios y los que pagan aranceles lo hacen por cifras mucho menores que los de las épocas a que se refería García Albiol.

Y los que no son partidos también han participado en el concurso sobre quien suelta la mayor parida posible, como la muy reciente declaración de las organizaciones bancarias. Que la banca aconseje e incluso exija dialogo y la solución del problema mediante un pacto sería de lo más normal, pero que digan que si Catalunya se independiza van a irse con la música a otra parte es sumamente absurdo.

Hay dos características o comentarios de esta campaña que a mí me han parecido especialmente absurdos y totalmente faltos de cerebro. La primera es la asnada de Pablo Iglesias haciendo una llamada a los hijos y nietos de los que en su día emigraron a Catalunya desde el resto de España y soltando esta burrada casi exclusivamente referida a lo que antes se llamaba el cinturón rojo de Barcelona. El mencionado cinturón no creo que alcance los 800.000 habitantes, mientras el resto de Catalunya está poblado por cerca de cinco millones, y aunque puede que en el resto de Catalunya haya alguna ciudad quizás con pulserita roja, muchos de los catalanes de fuera de la capital tienen un cierto resentimiento contra el centralismo y la sensación que no cuentan para nada y los discursos de Iglesias dirigiéndose al cinturón rojo de Barcelona les habrán sentado como un tiro, y esto habrá ocurrido en pueblos y ciudades que en general tienen mayor número de independentistas que Barcelona y su área metropolitana.

El segundo absurdo es la obsesión con que todas las listas y partidos se han tomado el asunto de la salida de la U.E. de la Catalunya independiente. La misma discusión del asunto es de un absurdo profundo, en primer lugar porque sea quien sea a quien convenzan Rajoy y Margallo a que diga lo que quieran, la verdad es que la posible separación de un territorio de un país miembro de la U.E. no está regulada por tratado o norma alguna, sería la primera vez que se produciría, y no me extrañaría nada que si el 28-9 quien sea de “Junts pel si” puede ir a Bruselas y poner encima de la mesa un resultado mayoritario y muy claro a favor del Si, sea la propia U.E. la que presione a España para solucionar de una vez el problema de forma civilizada y pactada.

Lo que me tiene extrañado, y lo he dicho montones de veces es esa obsesión con que estar fuera de la U.E. es algo así como caer en el infierno, cuando para mí sería una buena razón para hacerme independentista furibundo el poder salir de una Unión que me da vergüenza ajena en temas como los refugiados, Grecia y muchos otros, aparte habernos impuesto una política económica que ha retrasado años nuestra salida de la crisis y nos ha empobrecido, y encima el gran poder colonial de la U.E., Alemania, nos ha obligado a sustituir a la banca alemana como principal acreedor de Grecia. Hace unos días Espadaler, cabeza de lista de UDC, la escindida de CiU, decía que fuera de la U.E. hace mucho frio. Seguramente se refería a que países europeos no pertenecientes a la U.E. como Noruega, Islandia, Suiza o Liechtenstein tienen un clima más frio que el nuestro, pero los cuatro van extraordinariamente bien, Islandia incluida a pesar que en el 2007 estaba quebrada, porque no están obligados a cometer las estupideces que ordenan Merkel y Schaüble.

Hoy he leído en un periódico, aunque no recuerdo en cual, que si Catalunya es independiente todos los catalanes nos volveremos calvos, y quien lo haya dicho tiene razón, es mucho mejor tomárselo con sentido del humor, como los dos chistes que vienen a continuación de Ferreres en El Periódico y Batllori en La Vanguardia.