Campanilla y su Amuleto. Joyería Online

Publicado el 23 abril 2013 por Elrincondemisalhajas @rincondealhajas

Os voy a contar una historia de Hadas… La semana pasada hablábamos sobre cómo los sumerios adoptaron los pendientes como entes divinos en su civilización allá por el 2.500 a.C. “pero ese forma de adorar los objetos, y en concretos las joyas, es mucho más frecuente hoy en día de lo que pensamos“. Así me lo decía Javier en su email relatando su historia, la de su hermana Arantxa y un colgante de hada que casualmente se cruzó en sus vidas.

Campanilla y su Amuleto – Joyeria Online

Hace ya bastantes años, yo estudiaba en la Universidad cuando una tarde de regreso a casa me encontré en el campus un colgante de plata con forma de hada. En seguida pensé en mi hermana Arantxa. Le apasionaban las hadas desde bien pequeñita. Estaba seguro de que le iba a encantar.

Cuando llegué a casa mi hermana estaba merendando frente a la tele de la cocina y viendo un capítulo de Chicho Terremoto… se partía de la risa con esa serie. Le di el colgante de la hada y se emocionó muchísimo, se puso a llorar de alegría… algo exagerado, pero bueno, los niños son así… desde entonces convirtió el hallazgo en su talismán. Lo colgó en un lazo de raso rojo que quitó del vestido de una Nancy. Arantxa no se despegaba de su hada de plata.

A los pocos días, la amiga con la que siempre jugaba mi hermana tuvo que se ingresada para operarla de apendicitis. Arantxa me pidió que la llevara al hospital a ver a la niña, insistía en que quería prestarle su hada de plata para que se pusiera buena pronto. Así que cogimos el coche de mis padres, mi carnet de conducir recién estrenado y la llevé. Lo primero que hizo fue darle a su amiga Sonia su hada. Bueno… se la prestó, como ella decía. En cuanto se pongas buena me la devuelves, ¿vale? Sonia se recuperó muy bien y pocos días después ya estaban otra vez las dos por casa tocando todas mis cosas y haciéndome de rabiar para que las hiciera cosquillas sin piedad. 

Arantxa cogió entonces la costumbre de prestar su colgante de hada a las personas de su alrededor cuando enfermaban. Fuera por un constipado o por algo más grave, ella lo solucionaba todo cediéndoles su amuleto por sus días de convalecencia.

Ahora Arantxa tiene 28 años y sigue conservando el hada. Como puedes imaginar, hay mil historias que ese colgante lleva detrás, unas felices y otras muy desgraciadas, pero lo más importante ahora es el trabajo que mi hermana le ha encomendado. En sus ratos libres visita a niños enfermos graves en el hospital. Les lleva mucha alegría, les distrae y sobre todo les anima mucho. Cuando los peques están más deprimidos de lo normal, ya que su situación a veces es bastante dramática, mi hermana les presta su hada de plata durante unos días. Les cuenta las “hazañas” que su talismán ha conseguido desde que llegó a sus manos y así trata de que recuperen la ilusión y las fuerzas de seguir.

Los niños, los padres, los médicos y las enfermeras la llaman Campanilla. Mi hermana está encantada y yo más de haber encontrado una joya de plata capaz de llevar la alegría a estos niños“.

Campanilla y su talismán – Joyería Online

¿Vosotros tenéis algún talismán? Sea joya o no, ¿alguien os regaló algo en el pasado y vosotros desde el principio lo tomasteis como portador de la Suerte?

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