Con las relaciones institucionales y autonómicas quebradas por completo, con supuestos barranquistas y espeleólogos que creen saber más que nadie o que piensan que ellos podrían hacerlo mejor desde la grada sentaditos, y con un claro atascamiento reglamentario y de formato en estas pruebas de Cañones, Técnicas Verticales y Travesía, las competiciones se acercan a una debacle muy complicada.
Amaneció el domingo, cielos muy oscuros, mucha niebla y lluvia intensa sin cesar. El cañón, de categoría acuática 4 II, comienza a entrar en carga a los 15 minutos de recogida de agua, aumentó su caudal casi un metro de altura según los jueces y técnicos que ascendieron a la zona para la preparación. El acceso al mismo, de 45 minutos, se volvió muy difícil. Ciertas zonas rocosas de las badinas quedaron totalmente cubiertas de agua y las cascadas se volvieron aún más violentas y fuertes.
Tras un retraso en el inicio de una hora, la Organización decidió suspender el torneo por razones mucho más que lógicas de seguridad: niebla intensa, previsión de tormenta eléctrica, parte de agua continuo, etc. Los técnicos a su llegada, bajo su amplia experiencia y no hace falta decir sus nombres, afirmaban que la competición era inviable y que la realización del propio cañón era para grupos muy reducidos de gente con mucha experiencia.
Muy a nuestro pesar, los compañeros que vinieron solo para la prueba de Equipos, viajaron y volvieron a viajar...