Campeonatos de Karate

Por Mariojj75

Ya casi hace un año desde que decidí volver a esto del Karate. Parece que fue ayer cuando cenando en casa de mi amigo Fran se me “ocurrió” la idea de volver a entrenar y retomar lo que deje, por culpa de una mala lesión en la rodilla, hace ya muchos años. Cuando lo dije, Marisa me miro resignada y entonó su clásico “ya veremos”. Ella ya me conoce bien y sabe que cuando algo de verdad se me mete en la cabeza no hay marcha atrás. Haré todo lo humano e inhumano para conseguirlo. Da lo mismo que me digan que no debería hacerlo o que es imposible de conseguir. Da exactamente igual.
Quizás esta sea la mejor de mis (escasas) virtudes y desde luego la mayor de mis maldiciones. Como ya dije en otro post, soy el eterno insatisfecho y nunca he conseguido estar en paz conmigo mismo. Pero hasta en eso el Karate me está ayudando.
Siempre fui muy crítico con la necesidad de competir en Karate. Incluso he sido un detractor. El karate es un arte marcial y así me gustaría que se quedara. Si se vuelca demasiado en la faceta deportiva pierde parte de su esencia. Se dejan de practicar un determinado tipo de técnicas que, por su peligrosidad, no pueden ser utilizadas en un ámbito deportivo, para priorizar aquellas más efectivas a la hora de conseguir “puntos” en una competición. La principal técnica usada en combate deportivo es GYAKO-TSUKI (Puñetazo con el puño de la pierna atrasada).Sin embargo, no se practican, por su alto riesgo, golpes con las rodillas, codos, proyecciones, etc. Estas técnicas existen en karate, se aplican en las Katas, pero no se entrenan en Kumite. Esto, desde mi punto de vista, debilita el arte en caso de tener que ser usada en una situación real extrema.
Por su puesto no niego las ventajas de la competición, ayudan a mejorar conceptos como el control de la distancia o el “timing¨, en el caso de Kumite. En el caso de Kata, fomenta su estudio detallado, ayuda a la “homogenización” de la misma y en consecuencia a su perdurabilidad. Por lo tanto, no estoy en contra del Karate deportivo pero sí de que este llegue a arrinconar a un Karate más tradicional. Un Karate donde se busca ese único golpe que acabe con la pelea. Pero sobre todo, un Karate donde se fomenta la parte más ancestral, una filosofía que ha sido trasmitida del Maestro al alumno de generación en generación. Un arte que nos enseña un camino (DO) por el que andar. Aunque suene a broma (a mi no me lo parece) voy a transcribir una parábola bastante famosa sobre Karate y el camino que nos enseña.
Un karateka preguntaba a su Sensei: ¿Cuál es la diferencia entre un hombre del Do y un hombre insignificante?
El Sensei respondió: "Cuando el hombre insignificante recibe el primer Dan, corre rápidamente a su casa gritando a todos el hecho. Después de recibir su segundo Dan, escala el techo de su casa, y lo grita a todos. Al obtener el tercer Dan, recorrerá la ciudad contándoselo a cuantas personas encuentre."
El Sensei continuó: "Un hombre del Do que recibe su primer Dan, inclinará su cabeza en señal de gratitud; después de recibir su segundo Dan, inclinará su cabeza y sus hombros; y al llegar al tercer Dan, se inclinará hasta la cintura, y en la calle, caminará junto a la pared, para pasar desapercibido. Cuanto más grande sea la experiencia, habilidad y potencia, mayor será también su prudencia y humildad".
Desde mi llegada a Filipinas he participado en dos campeonatos. El último este pasado domingo. En ninguno de los dos he conseguido medalla. En el primero participe en Kata con Heian Godan y Heian Yondan. Para el segundo preparé Tekki Shodan como primera Kata y Heian Godan en caso de empate. Sin embargo, al llegar a la competición me aconsejaran no salir con Tekki, así que finalmente opté por Heian Godan otra vez.
A mí personalmente me gusta mucho Tekki, aunque es mucho más difícil de lo que parece. Obliga a mantener Kiba Dachi durante toda la realización. En las transiciones hay que mantener el mismo nivel, no subiendo y bajando. Esto supone un gran esfuerzo para las piernas. En competición, cualquier pequeño error en esta kata es fuertemente penalizado. Además, no es un kata muy espectacular, pues solo tiene desplazamientos laterales y ningún movimiento realmente llamativo.
Aunque en ninguno de los dos torneos he ganado se ha producido un cambio del primero al segundo. En el primero acabé muy enfadado por no haber obtenido medalla. En el segundo, aunque el resultado fue el mismo, acabe mucho más contento. Sé que estoy mejorando, de hecho pienso que quizá merecí un mejor resultado en este último. Pero lo más importante es que esta vez realmente me lo pase bien. Ya conocía mucha gente y tuve la oportunidad de conocer más. Por supuesto, si hubiera conseguido una medalla habría estado mejor. Pero no mucho mejor.
Osss.
Mario Jimenez