“CAMPO VIEJO STREETS OF COLOUR” desembarca en Bilbao con Art & Wine

Publicado el 03 julio 2014 por Anncommunity
Georges Bernanos llamó, quizá en un mal día, imbéciles y parásitos intelectuales– que, en lugar de esto, adoptan por misión impedir de manera sistemática que la gente piense por sí misma, esto es, ofrecen verdades, problemas resueltos, incluso dogmas. La enseñanza de Barlow es aquí genial: que vuestra primera virtud no sea la certeza (…), acoged con respeto y simpatía todo pensamiento honesto y sincero, aunque en un principio hiera vuestras propias convicciones. Es algo básico ante un compañero de café o ante una clase. Y no sólo eso, también es enriquecedor someter nuestro pensamiento y nuestras convicciones o creencias a prueba, para que cambien a mejor o salgan reforzadas tras entrar en liza. Podemos incluso llevar a cabo el ejercicio solos, ya sea con nosotros mismos o en diálogo con una lectura (justo lo que hacía antes de escribir estas líneas); hacer que el pensamiento dialogue consigo mismo, formulándose a sí mismo objeciones y que se fortalezca triunfando, como el solitario maestro de ajedrez que lucha contra ambos reyes.
Y otra idea ómo podría trasladar la expresividad de sus vinos a las principales ciudades del mundo, y llegó a la conclusión de que el Arte Urbano era el vehículo perfecto para llevar color las calles y a la vez contactar e interactuar con su público. Así nació “Campo Viejo Streets of Colour”. Tras instalar una impresionante y colorida escultura de los reconocidos artistas contemporáneos Remed y Okuda en mitad de sus viñedos en Logroño, ese espíritu se trasladó a ciudades a nivel internacional en forma de festivales llamados “Campo Viejo Streets of Colour”, en los que intervenciones artísticas de gran formato, gastronomía y vino, se dan la mano.
–¡no tiene desperdicio este librillo!– es la de “hablar como es debido”, ya sea en diálogo –que no monólogo– particular o grupal. Barlow nos habla de la obligación de ser claros, elemental cortesía hacia los receptores de nuestro mensaje y sana exigencia frente a nosotros mismos. Hablar es movilizar todos los recursos para enriquecer al otro (…). La palabra, como todo lo que une a los hombres, tiene algo de sagrado y no se puede prostituir. Precioso, ¿verdad?

Concluimos la entrada con una frase y un deseo. La frase pertenece al escritor Romain Rolland y nos incita a amar a la verdad –o a esa verdad que es su búsqueda, y perdonad la intromisión– más que a nosotros mismos y a los otros más que a la verdad, lo que es todo un himno a la tolerancia que evitaría muchos disgustos a la humanidad, amén de ser viento propicio a su avance. Cuanto al deseo, algo personal, es sencillo: que no se nos olvide, como individuos y como seres inteligentes que nos dirigimos a otros seres inteligentes (para empezar, a través de este Blog), lo defendido en esta entrada, pues la verdad está ahí fuera –fuera de nuestro alcance– y, si es lícito fomentar el espíritu crítico en los demás, no lo es fomentar el de la grabadora sin autonomía, ni criterio, ni futuro, que nos recibe más que nos escucha.
Saludos