El penalty es una suerte muy cruel en el fútbol. No siempre que lo señalan es realmente infracción, puede cambiar un partido de manera definitiva si le sigue una expulsión y ser un remate directo sin más oposición que once metros de distancia y un portero lo convierte en la opción más clara de conseguir un tanto. Pero también de marcar al jugador que lo erra. Y cuando hablamos de selecciones, donde los penalties deciden mucho más que en un torneo regular, más todavía. Algo de esto y mucho más podría contar el delantero de Ghana Asamoah Gyan. Gyan es la gran estrella de la selección de las 'Estrellas Negras' en los últimos años y no sólo por tener experiencia en Italia o Inglaterra como futbolista de club, sino por su rendimiento al frente del equipo nacional al que guió hasta los Cuartos de Final en 2010 y a la semifinal en la pasada Copa África. Y quién sabe hasta dónde habrían llegado en estos torneos de no ser por los fallos desde los once metros de Gyan...
Porque Gyan fue, junto a Luis Suárez, el protagonista de aquel partido de Cuartos entre Uruguay y Ghana en el pasado Mundial de Sudáfrica. Una jugada rápida, una decisión arriesgada del delantero del Liverpool y toda la presión para el internacional ghanés que respondió así ante la oportunidad de hacer historia no sólo para el fútbol de su país, sino también para el del continente africano.
El fallo fue, junto al 'panenkazo' de Abreu, las rúbricas a uno de los grandes partidos de aquel torneo en cuanto a emoción e idas y vueltas con los sentimientos que iba generando, alejado del análisis del juego de aquella noche, entrando de lleno en la historia reciente del mayor torneo de selecciones. Y Gyan, tocado por haberlo tenido en sus botas, pero sabedor de que no fue ni será el primer jugador en 'condenar' con su fallo a un equipo en un gran torneo se cansó de responder en entrevistas cuánto le había afectado ese fallo pero que como buen profesional seguiría su marcha en busca de la oportunidad de que el fútbol le diera la oportunidad de quitarse esa espina. No tuvo que esperar mucho para que esto sucediera, o, mejor dicho, para tener la oportunidad de que sucediera.
Fue en la Copa África de 2012, hace algo menos de un año, cuando en la semifinal ante Zambia con el empate inicial todavía en el marcador el árbitro sancionó una falta dentro del área de los zambianos, penalty a favor de Ghana y Gyan otra vez desde los once metros. El gol supondría el perdón simbólico, la vuelta a la amistad entre él y el fútbol, llevar a su país a una final y 'cobrarse una deuda'. Pero no fue así.
Aquel fallo fue ya demasiado para él. y para todos sus compatriotas, que la tomaron con él y sus duras críticas hicieron que unos días después de aquello anunciara su retiro como internacional de manera 'indefinida'. No llegó a los seis meses. A principios de julio el jugador contactó con la Federación de su país para informarles que se encontraba psicológicamente listo para volver a ser convocado.
Por más que le criticasen y que seguramente algún aficionado le siga teniendo 'cruzado', Gyan es vital para Ghana y él, para espantar todos los fantasmas que le persiguen desde hace dos años y medios necesita jugar con su país y meter todos los goles que le ayuden a cerrar la herida con un éxito que bien merece la generación de jugador a la que lidera. En unas horas jugará su segundo partido en esta CAN ante Mali con la intención de sumar su primer victoria tras el empate ante la DR del Congo, el primer paso para volver a una fase de eliminatorias donde Gyan espera ser decisivo, de nuevo, pero esta vez de manera positiva.
foto: bbc.co.uk