Después de 30 años en Santander, Paco Quirós, con dos soles Repsol a sus espaldas, repite proyecto gastronómico en Madrid. Fiel al estilo y la filosofía culinaria de la sucursal santanderina, Cañadío-Madrid ofrece una cocina “para todos los públicos” sobre la base de la gastronomía tradicional, con una carta basada en ingredientes de temporada provenientes básicamente de la comunidad cántabra.
En el caso de Madrid, la idea se ha adaptado a los tiempos que corren y existen dos líneas dentro de su cocina: Una con precios mas asequibles, llamada BASIC, cuyo precio medio es de 15-20€ y la otra, la carta clásica de toda la vida, cuyo precio medio está en 50-60€. Por ello, no es de extrañar que en Cañadío nos encontremos con público de todo tipo, desde gente joven hasta políticos y famoseo.
La carta de Cañadío se asienta sobre la cocina regional cántabra, presente también en las tapas y aperitivos que han hecho tan famosa a la sucursal santanderina, como las anchoas de Santoña acompañadas con pimiento rojo asado, los buñuelos de bacalao o las populares croquetas de chorizo de Potes.
La decoración, en tonos rojos, negros y blancos, dan ese aire urbano a un local en el que se respira, no obstante, un ambiente cercano y familiar. El espacio lo componen dos plantas: En la planta baja, con una barra de pinchos y un comedor de mesitas próximas a la cocina acristalada, triunfan los platos del día, las tapas y las medias raciones (línea Basic). En la planta alta destaca un comedor más luminoso y funcional, que se convierte en buen punto de encuentro para cenas románticas, de negocio o celebraciones familiares (carta clásica). En verano, no hay que perderse su terraza para picar algo y después tomar las primeras copas. Quedan pocas noches de buen tiempo y aprovechar cualquiera de ellas para pasar por Cañadío siempre será un acierto.