Canal cocina: Haciendo yogur en casa

Por Bertusvicus

Hoy en día se está poniendo de moda tener una yogurtera en casa para hacer tus propios yogures. Lo cual está muy bien ya que en teoría necesitas tener un poco de yogur y leche para hacerlo, y la leche es más barata que el yogur y en teoría compensa. Lo que no se tiene en cuenta es que la yogurtera consume también electricidad así que si añadimos esto al coste de hacer los yogures al final sale al mismo precio que en el supermercado. Si bien lo bueno que tiene hacer alimentos en casa es que se evita que los alimentos tenga que ser transportados durante largas distancias evitando así la polución en su transporte.

Lo que os vamos a presentar aquí es una forma de hacer los yogures sin máquinas, de una forma tradicional para que se evite el consumo de electricidad, y volver a un sistema más independiente de hacer las cosas por uno mismo. Para hacer los yogures necesitaremos los siguientes elementos:

  • Un yogur natural
  • Un litro de leche entera
  • Tarros para los yogures con tapa
  • Una caja
  • Bolsa de plástico
  • Manta u otros materiales
  • o Substituir los tres anteriores por una olla a presión, que es lo más fácil :)

Los tres primeros elementos parecen claros, para hacer el yogur los cuatro últimos pueden sorprender pero enseguida quedaran claros :)

El yogur se forma gracias a una bacteria (igual que el queso), y por eso cuando añadimos leche al yogur lo que hacemos es “alimentar” las bacterias que ya están allí. Para fomentar que estas crezcan y se puedan reproducir tendremos que propiciarles un ambiente caliente. Así pues vamos a ver el proceso para hacer nuestro yogur.

Poniendo el yogurt en los botes con tapa

En un cazo ponemos la leche y lo mantenemos en el punto de ebullición pero sin dejar que hierva. Pasados 10 minutos lo retiramos del fuego y dejamos que se enfríe un poco hasta que alcance una temperatura de 46-50º (lo mejor es tener un termómetro de cocina) Si está más caliente las bacterias se mataran y si está más frío quedará más líquido. Aunque esto último tiene solución, que explicaré más adelante.

Cuando la leche haya alcanzado la temperatura indicada arriba ponemos el yogur en la leche y lo mezclamos bien. De forma opcional se puede poner un poco de azúcar o miel ahora, aunque yo prefiero añadirlo después cuando esté hecho. Ponemos la mezcla en unos botes de cristal, que previamente habremos esterilizado en agua hirviendo, y los cerramos con la tapa. Ahora el yogur tiene que pasar durante 12 horas en una temperatura de 25 grados.

Aquí es donde entra en acción esos elementos extraños del comienzo :). Ponemos todos los botes en una bolsa de plástico y la cerramos para que ayude a mantener la temperatura. Una vez hecho esto con cuidado lo pasamos a una caja de cartón (una de los zapatos, por ejemplo) y o bien ponemos una manta alrededor de la bolsa de plástico con los botes, o podemos usar también papel, o si tenéis en casa bolas de poliestireno, o cualquier otra cosa que ayude a conservar el calor. Cerramos la caja y ponemos cinta alrededor de los bordes para que se conserve el calor. Pasado 12 horas el yogur está listo, para meter en la nevera y comerlo. O para hacerlo más fácil olvídate de lo anterior y ponlo los botes en una olla a presión que previamente habrás  calentado con un poco de agua dentro, cuando tengas todo cierra la olla.

Preparando el yogurt para dejarlo reposar en una olla a presión

Lo bueno de esto es que una vez que empiezas el proceso, no te hace falta comprar más yogures, ya que puedes usar uno que hayas hecho para hacer más yogur.

Inconvenientes que pueden aparecer:

  • El yogur está muy líquido; opción uno hemos puesto el yogur cuando la leche estaba muy caliente y hemos matado las bacterias y no se formará el yogur; opción dos, no se ha mantenido a una temperatura suficientemente caliente para que se forme el yogur. En este caso se puede encender el horno y cuando llegue a la temperatura máxima apagarlo y pasado unos minutos meter el yogur dentro para que se vuelva a hacer
  • El yogur no es muy cremosos; no se ha usado leche entera, se puede añadir un poco de nata líquida la próxima vez para hacerlo más cremoso
  • El yogur tiene un sabor muy ácido; el yogur natural tiene por lo general un sabor ácido, pero si lo notas en exceso puede ser que lo hayas dejado demasiado tiempo “madurando” o que los botes donde los has puesto contuvieran alguna bacteria y en estos casos puede ser que el yogur haya sido infectado por diferentes bacterias creando ese sabor tan ácido.

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