El canal de Castilla recorre un total de 207 kilómetros con un desnivel de 150 metros. Su principal función era la de transportar el cereal castellano hasta el Cantábrico mediante unas barcazas tiradas por mulas. Funcionó hasta que la implantación y la regularidad del ferrocarril lo dejó en desuso en 1959. Desde entonces conduce aguas para el riego de los campos.
Desde Boadilla del Camino, el camino sigue en paralelo al canal durante más de tres km y llega hasta un conjunto de esclusas situadas en el término municipal de Frómista. Estas esclusas permitían a las barcazas salvar un desnivel de más de catorce metros.