Un ‘Força Brasa’, como lema ante la fuente de Canaletes, en plena Rambla, suena a declaración de intenciones. A pequeña revolución del paladar en la calle más turística de Barcelona. Para los descreídos que pensaron que nunca más se sentarían ante un plato en el icónico eje, para los que pensaron que era imposible coincidir con un barcelonés mesa con mesa en la Rambla, llega esta ‘masía urbana’. Así definen sus instigadores a Canaletes Cerveseria.
El nuevo negocio tiene a las espaldas la responsabilidad de relevar a una cervecería que hizo historia en el vial, Baviera, antes de su decadencia.
Dignificar la gastronomía del eje
La nueva etapa no solo se fija el reto (o la pirueta) de dignificar la gastronomía de la Rambla en pleno territorio guiri. También de hacer bandera del producto local, la brasa y la honestidad en la factura. Ya advierten a sus puertas que aquello no es otro garito de paellas en serie.
Cuentan que su base es la forma más “ancestral de cocinar, la brasa”, pero con el foco en la cocina tradicional catalana, reinterpretada y centrada en el producto local de calidad. Su jefe de cocina, Germán Lérida, lo apuesta todo a los ingredientes de temporada. Verduras y carnes son la artillería para esa humeante brasa, aliada con cervezas bien tiradas y a precios que se alejan del desvarío del entorno.
Una de las singularidades de esta ‘masía’ (vocacional) integrada en la Rambla es la reivindicación del porrón como tradición, con los valores que comporta, pese a estar fuera del entorno rural. Con estos elementos se han entregado a “recuperar parte del prestigio gastronómico de la zona con una oferta acorde al espacio y los tiempos que vive”, dice Norma Galofré, directora de Operaciones.
Guiños autóctonos
Otras señas de identidad las marcan la ‘volta’ tradicional de sus techos, la teja y el ladrillo, y los detalles rústicos, integrados con una gran barra y zona de ‘showcooking’.
Pero a fin de cuentas y fuera de intenciones, lo que cuenta al final es su propuesta gastronómica. Sorprende por su aparente sencillez (que esconde cocciones al dente en las verduras y condimentos originales) y equilibrio.
El pan de payés con alioli abre (y aromatiza) esos aires de masía. Pero lo más revelador de la carta es su despliegue de verduras del momento. Deliciosos resultan los puerros escalivados, con vinagreta de judía blanca y huevo. También la berenjena lacada con soja y miel, para compartir o en solitario, son un bocado adictivo. Es llamativo que ese repertorio de entrantes ‘verdes’ convierta a la brasería en un espacio que puede encandilar incluso a un vegetariano.
Tentación verde
Desfilan también la lechuga con refrito de ajo y pimentón, la col con mayonesa y crema agria (que ya ha reconciliado a muchos carnívoros con esta verdura) y la tortilla vaga con setas, entre otros. Sin pasar por alto la patata al ‘caliu’ entera, con la imprescindible salsa brava, que se alinea al final de la carta entre los complementos para los platos principales.
Las propuestas incluyen dos socorridos bocadillos (uno de ellos, un burger, como eslabón internacional), entre los que sorprende más el ‘hot dog’ catalán, de butifarra guisada, judías de Santa Pau, cebolla frita y alioli. Es un auténtico disparo de sabores autóctonos, muy rico.
Entre las carnes se abarca de la brocheta de cordero al solomillo de ternera con cebolla caramelizada y queso. Pero entre los ‘hits’ figuran, entre otros, el pollo deshuesado, marinado con pesto de hierbas, preparado a baja cocción y rematado en brasa. Y también el costillar de cerdo con salsa barbacoa catalana, aunque en esta pieza no siempre se puede garantizar el deseable nivel de melosidad. Hay cabida (simbólica) para quienes exigen un pescado, con el sapito con vinagreta de tomate y estragón, jugoso y con el punto de brasa.
Solo cuatro postres pueden cerrar el ágape. El más original: higos con mascarpone, limón y toffee de café. El más tentador: coulant de chocolate con helado de Baileys.
Canaletes Cerveseria
La Rambla, 127 Barcelona
93 120 61 67 canaletescerveseria.com
Todos los días de 13.00 a 23.00 horas