Cancelan la tercera temporada de Velvet Colección y nosotros decimos gracias

Publicado el 06 abril 2019 por Carlosgu82

Velvet Colección es el spin-off más innecesario del mundo. Si bien se lo esperaba con mucha devoción después del éxito que significaron las temporadas de Velvet, la verdad es que después de la primera temporada bajó muchísimo la atención y aquí están los principales problemas.

Velvet Colección nació como un spin-off (una serie que nace a partir de otra, conservando algún punto en común con la original) de Velvet, la serie exitosa que reconcilió a muchos con el melodrama. En la primera temporada, puesta al aire por Movistar+, supimos que Ana y Alberto vivieron felices para siempre junto a su hijo, pero que varias cosas habían cambiado, como por ejemplo la locación. Velvet Colección empieza a relatar la apertura de la sucursal de Galerías Velvet en Barcelona con un elenco formado por varios personajes entrañables de la serie original. Pero, si hasta ahora todo marcha bien y hay buenos condimentos que parecen atrapar, ¿por qué no funcionó? Si no la viste aún, es hora de retirarte porque hay muchos spoilers.

Luego de dos temporadas, Velvet Colección fue cancelada a pocos días de comenzar el rodaje de su tercera temporada. Y la verdad, con mucho dolor de fanática, agradecí que no se dilate la historia más de lo que ya se había pisoteado.

Una tristeza inmensa.

La serie comienza enterándonos que nuestro personaje favorito, al menos el mío, murió dejando a Pedrito (Adrián Lastra) viudo y padre de dos mellizos saltarines. Rita (Cecilia Freire), nuestra amada Rita, no podemos empezar la serie sin vos. Bueno, tuvimos que adaptarnos al menos por los primeros capítulos. Además, si bien hay participación de Ana Ribera (Paula Echevarría), la historia cambia totalmente de protagonista. Es que la nueva sucursal necesita de una nueva cabeza: Clara Montesinos (Marta Hazas), y es ahora el triángulo amoroso central: Clara, Mateo y el guapo de turno.

También hay personajes entrañables como Don Emilio (José Sacristan) y Doña Blanca (Aitana Sánchez-Gijón), Enrique (Diego Martín), Raúl (Asier Etxeandía), Jonás (Llorenc González)… Y las generaciones que le siguen, como los ya adolescentes (medio adultos, a decir verdad) Manolito y Lourditas. No vamos a decir que no nos alegra ver cómo fueron avanzando en la vida, como es el caso de Jonás que se ha transformado en un gran diseñador en Francia y vuelve para ser profeta en su tierra con su ayudante Marie, con la que tiene tanta tensión sexual que pinta casorio.

Repetir no siempre es la solución.

Hay elementos que se repiten y que parecen efectivos. Los momentos de las chicas Velvet, que ahora son protagonizados por las Martas (Marta Hazas y Marta Torné) encarnando a Clara y Paloma; siguen siendo agradables para un público que creció de la mano de Clara, Rita y Ana como las amigas inseparables. Los triángulos amorosos, elementos reconocibles en las telenovelas; los regresos de personajes entrañables… Todo parece repetir la fórmula del éxito de Velvet original. Pero no alcanza. Luchan por mantener la esencia de la serie original, y lo intentan muy bien, pero nada parece funcionar.

Las tramas parecen no tener conexión entre ellas, la unión entre los personajes es casi nula. Las Galerías perdieron algo de su magia, magia que le daba la historia épica de amor de Ana y Alberto.

Mucho ritmo…pero del equivocado.

Los episodios duran menos que la entrega original y parecía ser una hermosa idea para los que nos cuesta la atención por un tiempo prolongado. Pero no hay mucho ritmo en las historias, falta banda sonora y hay muchos silencios. Como si esto fuera poco, hay intervenciones muy forzadas de repetidas escenas de flamenco y tablao de la mano de Mónica Cruz. Si bien tienen relación con la trama, por ahí no se comprende que de 50 minutos, haya más de 20 de tablao y flamencada.

La tela de araña que no sostiene.

Para ser sinceros, Velvet dejó la vara muy alta. Las tramas, las relaciones entre los personajes, el lugar central que ocupaba el amor por las tradiciones de las Galerías, la familia siempre unida y entrincada… Todos condimentos de una historia que fue un éxito. La fuerza de la historia de amor entre Clara y Mateo ya no alcanzaba, ni el humor de Raúl, ni el recuerdo de la hermosa historia original… No alcanzaba contar con talentos consagrados como Imanol Arias y Adriana Ozores en el elenco. No alcanzaba la frescura juvenil, ni el regreso de la mejor villana del mundo, Cristina Otegui (Manuela Velasco).

Hay que reconocer que los creadores se enfrentaban a un túnel peligroso que era sostener el éxito y dar al público un producto igual o mejor al original. Y no hay con qué darle: los intentos no resultaron y el túnel se derrumbó sobre la cabeza de los personajes más lindos y complejos del mundo.