Parrilla dijo que al dirigirse a las autoridades norteamericanas comunicó que el Gobierno cubano espera que la investigación al respecto sea exhaustiva y rápida y que sus resultados sean compartidos con nuestras autoridades.
Explicó que la misión diplomática de Cuba radicada en Washington cuenta con un sistema de seguridad para enfrentar cualquier amenaza contra el personal diplomático, sus familiares y las instalaciones.
Informó, además, que en horas del mediodía de este jueves convocó a la encargada de negocios de la Embajada de EE. UU. en La Habana para abordar este hecho de suma gravedad, a la cual le expresó su enérgica protesta contra la agresión terrorista perpetrada contra la embajada de Cuba, a la vez que le interrogó sobre cuál sería la reacción de su país ante un ataque de este tipo a cualquiera de sus embajadas.
Es una obligación de todos los estados adoptar las medidas adecuadas para proteger al personal de una misión diplomática acreditada en su territorio contra cualquier daño y evitar que se atente contra su dignidad o su normal funcionamiento, según dispone la Convención sobre Relaciones Diplomáticas de 1961.
Se refirió con énfasis al hecho de que se puso en peligro la vida y la seguridad del personal de la embajada y sus familias, a la vez que reclamó la mayor colaboración del Gobierno norteamericano en el esclarecimiento de los hechos y de que actos como estos no queden impunes.
Llamó la atención a la funcionaria, de que un hecho como este ha sido alentado por la creciente retórica hostil contra Cuba, de la que forman parte de manera pública y sistemática, tanto el Secretario de Estado norteamericano como altos funcionarios del Gobierno a cargo de las relaciones con el hemisferio occidental.
Tampoco es posible disociar este ataque del recrudecimiento de la política de hostilidad del Gobierno de EE. UUU. hacia Cuba y del endurecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero, utilizando incluso políticas no convencionales, aun durante el desarrollo de la pandemia por el nuevo coronavirus.
En el momento del ataque se encontraba en la misión diplomática una decena de miembro de del personal que corrieron grave peligro.
Reconoció, a su vez, la ética profesional de los agentes del orden que acudieron rápidamente al llamado de alarma.
Confirmó que el individuo, cuya identidad no ha sido comunicada al Gobierno cubano, fue detenido en el lugar de los hechos y se encuentra bajo custodia de las autoridades norteamericanas.
En su comunicación con la funcionaria norteamericana, Rodríguez Parrilla le recordó que los actos de instigación a la violencia contra el personal médico en diferentes países, como ocurrió recientemente en Bolivia, donde estuvieron involucrados funcionarios de EE. UU., alienta a acciones violentas. Mencionó, además, los antecedentes históricos de actos violentos y hostiles contra diplomáticos cubanos radicados en EE. UU., tanto en su sede en Washington como en su representación permanente en la ONU.
Recordó que en territorio de EE. UU. operan, y han operado con impunidad durante años, grupos e individuos que han cometido actor terroristas contra Cuba y que es de conocimiento de ese Gobierno.
Expresó su sorpresa de que hayan transcurrido 12 horas desde el ataque y que las autoridades del gobierno de EE. UU. no se hayan puesto en contacto con las autoridades cubanas, ni que se hayan hecho declaraciones oficiales.
Instó al Departamento de Estado a adoptar las medidas necesarias para cumplir con las responsabilidades que le atribuye la Convención de Viena y garantizar la plena seguridad de la Embajada de Cuba, su representación permanente en las Naciones Unidas en Nueva York y los familiares acompañantes.
Por último, ofreció la colaboración de las autoridades cubanas para el desarrollo de la investigación.