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“CANCIÓN DULCE” de Leila Slimani,una canción de cuna que es de todo menos dulce

Publicado el 06 junio 2018 por Marianleemaslibros
“CANCIÓN DULCE” de Leila Slimani,una canción de cuna que es de todo menos dulce
Al entrar en el cuarto donde yacían sus hijos, lanzó un grito desde lo más hondo, un aullido de loba.

 Las paredes temblaron. La noche se abatió sobre ese día de mayo. Vomitó, y así fue como la halló la policía, con la ropa sucia, en cuclillas, quebrada en sollozos como una loca. Aullaba hasta desgarrarse los pulmones. 

El enfermero de la ambulancia hizo un gesto discreto con la cabeza, la pusieron de pie, a pesar de su resistencia, de sus patadas" “CANCIÓN DULCE” de Leila Slimani,una canción de cuna que es de todo menos dulce
Myriam, madre de dos niños, decide reemprender su actividad laboral en un bufete de abogados a pesar de las reticencias de su marido. Tras un minucioso proceso de selección para encontrar una niñera, se deciden por Louise, que rápidamente conquista el corazón de los niños y se convierte en una figura imprescindible en el hogar. Pero poco a poco la trampa de la interdependencia va a convertirse en un drama.
Con un estilo directo, incisivo y tenebroso en ocasiones, Leila Slimani despliega un inquietante thriller donde, a través de los personajes, se nos revelan los problemas de la sociedad actual, con su concepción del amor y de la educación, del sometimiento y del dinero, de los prejuicios de clase y culturales. "Canción dulce" ganó el Premio Goncourt 2016.
“CANCIÓN DULCE” de Leila Slimani,una canción de cuna que es de todo menos dulce                “CANCIÓN DULCE” de Leila Slimani,una canción de cuna que es de todo menos dulce
“CANCIÓN DULCE” de Leila Slimani,una canción de cuna que es de todo menos dulce
Leila Slimani, (Rabat, Marruecos, 1981) es una periodista y escritora franco-marroquí de madre franco-argelina y de padre marroquí. Fue alumna del Liceo francés de Rabat, y creció en una familia de habla francesa.
En 1999, se va a París, donde se diploma en el Instituto de Estudios Políticos de París eintenta convertirse en actriz de teatro (CoursFlorent) y decide completar sus estudios en el ESCP Europe Business School, con una formación para los medios.
Hace un curso de creación literaria en la editorial Gallimard y finalmente, entra en la revista JeuneAfrique en 2008, donde trata los temas relacionados con el norte de África. En 2012, deja la redacción de JeuneAfrique para dedicarse a la escritura, aunque sigue trabajando por su cuenta para la revista.
En 2014, publica su primera novela en Ediciones Gallimard, "Dans le jardin de l’ogre", adquirida por una productora (Huffpost), para una adaptación cinematográfica y la obra es seleccionada como una de las cinco finalistas del Premio de Flore, de París. La novela vendió 15.000 ejemplares en Marruecos
Su segunda novela, "Canción dulce" (Chansondouce), obtiene el Premio Goncourt en 2016 y es publicada en España por Cabaret Voltaire en 2017.
“CANCIÓN DULCE” de Leila Slimani,una canción de cuna que es de todo menos dulce
El bebé ha muerto. Bastaron unos pocos segundos. El médico aseguró que no había sufrido.La niña en cambio, seguía viva cuando llegaron los servicios de emergencias. Se debatió como una fiera. Había huellas de forcejeo, fragmentos de piel en sus uñitas blandas.
De esta forma tan desgarradora comienza la novela, con la presentación del asesinato de unos niños por parte de la niñera que los cuidaba, Louise, y su posterior intento frustrado de suicidio.
Un comienzo que te deja fría, helada, que te obliga a mantener la respiración y te muestra que tienes entre manos una de esas historias que empiezan por el final, que te cuentan el desenlace. Quizás se te ocurra pensar que no necesitas leer más si ya sabes como va a acabar, pero según avanzas en la lectura te vas dando cuenta de que esto es engañoso, porque a diferencia de otros thrillers en los que necesitas sobre todo averiguar quién es el asesino, aquí lo único que te importa es conocer los motivos, las causas que pueden llevarle a una persona a hacer algo así, algo tan abominable, tan cruel.
Entonces sigues leyendo y conoces a la familia de Myriam, Paul y sus dos hijos pequeños. Una familia como cualquier otra en la que el hombre trabaja y la mujer, que lo dejó todo en su día para cuidar de ellos, está ya un poco harta e insatisfecha con la vida que lleva, y decide, a pesar de la oposición de su marido y de su suegra, empezar a trabajar y recuperar lo que tenía antes de ser madre.
Siempre se negó a admitir que los niños fueran un obstáculo a su éxito, a su libertad. Como un ancla que arrastra hasta el fondo, que empuja la cara del ahogado hasta el fango. Saberlo la asumió al principio en una profunda tristeza. Lo consideraba injusto, en extremo frustrante. Se había dado cuenta de que ya no podría vivir sin ese sentimiento de saberse incompleta, de hacer las cosas mal, de sacrificar una parte de sus vida en beneficio de otros. Para ella se había vuelto un drama, pues se negaba a renunciar al sueño de aquella maternidad ideal. 
Te pones en el lugar de este matrimonio y te agobias, porque lo más urgente es buscar niñera, alguien de absoluta confianza con buenas referencias.Y entonces Louise entra en sus vidas como caída del cielo. La cuidadora perfecta: le encantan los críos, es cariñosa, responsable, limpia, trabajadora, siempre está disponible y lo más importante, los niños parecen adorarla.
¿Louise? Qué suerte  tienen ustedes de haber dado con ella. Fue como una segunda madre para mis hijos. Se nos rompió el corazón cuando tuvimos que separarnos de ella. No le digo más, que en esa época, incluso pensé tener otro hijo para que se quedara con nosotros
En realidad ellos no saben el tipo de mujer que es: egoísta, egocéntrica, maniática, obsesiva y que tiempo atrás estuvo casada, pero su marido murió y su hija pasa de ella, por lo que se siente muy sola y lo que de verdad le gustaría sería sentir que forma parte de una verdadera familia. Cree haberla encontrado con Myriam y Paul porque al principio cuentan con ella para todo, incluso se la llevan de vacaciones para que les ayude con los niños. 
Los trastos inútiles han desaparecido. Con Louise, nada se acumula, ni la ropa ni los cacharros sucios, ni las cartas que uno se olvida de abrir y encuentra de pronto debajo de una revista atrasada. Nada se pudre, nada caduca. Nunca descuida nada. Es meticulosa. Anota todo en una libreta con tapas de florecitas. Los horarios de la clase de danza, de la salida del colegio, de las citas con el pediatra. Anota el nombre de las medicinas que toman los niños, el precio del helado que les compra cuando les lleva al tiovivo y la frase exacta que le ha dicho la maestra de Mila.
Y algo en su interior cambia cuando el matrimonio pretende distanciarse un poco, incluso han pensado prescindir de sus servicios y ella no puede tolerarlo porque no quiere volver a quedarse sola bajo ningún concepto, aflorando entonces su vena rencorosa y violenta, de la cual los padres ven tan solo resquicios, pequeños indicios de cosas que puede que no sean normales, pero no le dan demasiada importancia, y sucede lo inevitable.
Los gritos de los niños la irritan, ella también se pondría a gritar. Ya no tiene indulgencia ante los llantos, las rabietas y las alegrías histéricas. A veces siente el impulso de rodear con sus dedos el cuello de Adam y zarandearlo hasta que se desmaye. 

¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
Mucho. Lo que más me ha gustado ha sido la forma que tiene la autora de narrar, con frases cortas y un estilo ágil que hace que se lea rápido (además no es demasiado extenso) y también su delicadeza a la hora de contarnos esta historia que si te pones a pensarlo detenidamente, no habría manera de tragar pero que ella consigue hacerla bastante digerible.
Louise es una mujer que ante todo está sola, muy sola, amargada, con carencias afectivas importantes, sin un duro y con una vida miserable que en principio debería hacerte sentir pena. Pero en ningún momento he conseguido empatizar con ella, porque ¿cómo se podría empatizar con alguien que desde el primer momento sabes que ha cometido tal atrocidad? Imposible no cogerle manía, imposible comprender a este personaje tan complejo, mentalmente inestable, con problemas psicológicos (diagnosticada de “melancolía delirante”) de esos que no son evidentes si no se conoce o tratas a alguien en profundidad.
El hecho de saber desde el principio cómo va a acabar la historia no le resta interés a la novela, al menos no ha sido mi caso. Me ha enganchado, mucho, desde el principio, de tal forma que lo único que yo quería era seguir leyendo y conocer la respuesta a la única pregunta posible ¿PORQUÉ?, aún sabiendo que no puede haber motivo alguno para hacer algo así.
Resumiendo: “Canción dulce”es una novela fascinante, pero también dura, inquietante, y perturbadora, que nos pone sobre la mesa los aspectos más sombríos de la maternidad, echando por tierra los mitos que la suelen idealizar, enfatizando sobre todo su lado negativo que como todos sabemos haberlo haylo. También aborda otros temas interesantes como las dificultades que tienen hoy en día los padres para conciliar el trabajo con el cuidado de los hijos, la soledad y la inmigración. Con un final espeluznante, que te deja dándole mil vueltas y casi con las mismas dudas que tenías al principio..
¿La recomiendo? Sí, por supuesto, PEROOOO. . . según a quién. Tengo claro que a los que tenéis niñera, o a los que estáis pensando contratar a una para que cuide de vuestros hijos, os diría que no, que no la leáis, y sobre todo después de saber que el argumento está basado en un hecho real que ocurrió en 2012 en Nueva York. ¿También espeluznante, verdad?
«Alguien tiene que morir. Alguien tiene que morir para que seamos felices». «Se me castigará por esto —oye decir a su pensamiento—. Se me castigará por no saber amar.»

Mi  nota esta vez la máxima:
“CANCIÓN DULCE” de Leila Slimani,una canción de cuna que es de todo menos dulce

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