Charly J.C.Vinuesa
Canciones
para después de una guerra (1971)
Basilio Martin Patino
Basilio Martin Patino
Actores: Imperio Argentina,
Estrellita Castro,
Miguel de Molina, Lola Flores,
Celia Gámez,
Juanita Reina
Guión: Basilio Martín Patino
Fotografía: José Luis Alcaine
Música: Manuel Parada
Sinopsis: Radiografía
implacable, emotiva, lúdica, de aquel tiempo, de aquella posguerra. Una propuesta original,
en complicidad con el espectador, juego de ritmos, imágenes y sonidos, sutiles
asociaciones mentales, sin necesidad de recurrir a ninguna convención
argumental. La magdalena proustiana que activa sus mecanismos interiores
consiste en un collage de signos naïf,
rescatados de la escombrera del olvido: cantares de patio de vecindad, de
exaltación patriótica, de devoción religiosa, de formación escolar o de
tugurio; tebeos infantiles, anuncios radiofónicos; escenografías del hambre,
del miedo, de la desolación. Y la más paradójica necesidad de cantar, llevados
del impulso por sobrevivir.
Insólito y audaz espectáculo, libre, disidente respecto a toda normativa,
académica o industrial, política o estética. Tuvieron que prohibirla durante
años, inútilmente, hasta la muerte del dictador. Estremeció a cientos de
millares de españoles de todas las edades y conformaciones. Es el ‘después’ de
nuestra guerra, -de cualquiera de las guerras-, su reverso desmitificador que
objetiva, tantos años después, los restos del naufragio.
Basilio Martin Patino, El hombre que susurraba a los censores:
Director
cinematográfico Basilio Martín Patino ha construido a lo largo de su
trayectoria profesional un discurso personal, coherente y con memoria
histórica, que recoge su interés por la reflexión estética y por la realidad
cultural de su tiempo.
«(...) yo hice las películas que hice porque en cada situación me parecieron las más oportunas, o las que más me apetecían, sin pensar ni en las estructuras de la ayuda, ni en las estrategias de su siempre incierta rentabilidad.» B.M. Patino
Sus inicios en el mundo de la
imagen se remontan a 1953, fecha en la que crea, junto con Joaquín de Prada, el
Cine-Club Universitario de Salamanca, inspirado en el prestigioso Cine-Club de
Zaragoza. Más tarde funda la revista Cinema Universitario y participa
activamente en la organización de las Conversaciones de Salamanca (mayo, 1955).
Poco después se traslada a Madrid para ingresar en el IIEC, donde se diploma
como director en 1960 -junto con Borau, Summers, Prósper y Picazo- con el corto
Tarde de domingo (1959). En 1961 realiza los cortos El noveno y Torerillos.
Por motivos políticos no logra llevar adelante el proyecto de filmar Rinconete
y Cortadillo para TVE y empieza a ganarse la vida haciendo cine
publicitario. Con la irrupción del llamado Nuevo Cine Español, de un marcado
realismo crítico, Patino realiza su primer largometraje, Nueve cartas a
Berta (1965), una obra emblemática de aquel movimiento, pero también la más
moderna de las que surgen de ese entorno, porque ensaya ciertos procedimientos
narrativos y de montaje que la alejan del naturalismo estricto. El film gana la
Concha de Plata a la mejor ópera prima en el Festival de San Sebastián,
pero la película tarda tres años en estrenarse. Hasta 1969 Martín Patino no
logra rodar Del amor y otras soledades, una película con un argumento
impuesto y mutilado por la censura. Este será el último intento que hace el
director de integrarse en la industria cinematográfica, y a partir de entonces,
su producción se desarrollará lejos de las presiones comerciales, en el terreno
del cine de montaje, donde trabaja con materiales documentales para construir
discursos de ficción y reflexiones personales. De ahí saldrá, en primera
instancia, Canciones para después de una guerra (1971), una singular
radiografía crítica de la posguerra, construida sobre una intensa relación
dialéctica entre las imágenes y la banda sonora, pero prohibida por la censura
durante cinco años y que no conseguirá estrenarse hasta 1976. Mientras tanto, y
casi clandestinamente, Patino filma Queridísimos verdugos (1973) y Caudillo
(1977), dos investigaciones de carácter documental que ofrecen respectivamente
una durísima reflexión sobre el tema de la pena de muerte y un
“retrato-exorcismo” de tono histórico y profundas simpatías anarquistas, a
partir de la figura del dictador como pretexto. Aunque estas obras van saliendo
a la luz con la recuperación de la democracia, Patino no volverá a trabajar
para la gran pantalla hasta 1985, cuando, después de haber creado su propia
productora (La Linterna Mágica) y de haber realizado en 1980 un montaje de
vídeo de documentos históricos titulado La Guerra Civil española, rueda Los
paraísos perdidos (1985), un ensayo histórico ficticio que parte del Hiperión
de Hölderlin para construir una reflexión intimista sobre la necesidad de
recuperar la memoria. Dos años más tarde propone otra obra heterodoxa Madrid,
(1987), que combina de nuevo ficción y documental y que se adentra, una vez
más, en el tema de fondo subyacente en toda su obra: la relación dialéctica
entre el individuo y la historia. En 1991 filma totalmente en vídeo La
seducción del caos, una película crítica sobre las engañosas apariencias de
la representación, en el mundo de la opulencia mediática que precedió al
proyecto Andalucía, un siglo de fascinación (1996), compuesto de siete
películas filmadas en vídeo (una de ellas con infografía y con imágenes
virtuales) para la televisión andaluza y que ahora se presentan en la Fundació
Antoni Tàpies en el proyecto Culturas de archivo.
FILMOGRAFÍA:
El noveno y Torerillo, 1963 (Cortometraje); Nueve cartas
a Berta, 1966;Del amor y
otras soledades, 1969; Paseo por
los letreros de Madrid, 1968 (En colaboración con J. L.
García Sánchez); Canciones
para después de una guerra,
1971; Queridísimos
verdugos, 1977; Caudillo, 1977;Hombre y ciudad(montaje videográfico), 1980,Retablo de
la guerra civil española(conjunto de audiovisuales),
1980; Inquisición
y Libertad (Audiovisual en colaboración con
J. L. García Sánchez), 1982; El nacimiento de un nuevo mundo (Audiovisual promocional de la candidatura
de Sevilla en Chicago para la Expo’ 92 en colaboración con J. L. García
Sánchez), 1982;El
horizonte Ibérico (Audiovisual para la Exposición
“Arte Ibérico” del Museo Arqueológico Nacional en colaboración de Elbia
Álvarez), 1983;Los
paraísos perdidos, 1985; Madrid, 1987;La seducción
del caos, 1991; Andalucía:
un siglo de fascinación, 1996, Octavia, 2001.Homenaje a Madrid2004 Capea 2005Espejos en la niebla 2008.Libre te quiero-2012