Fuiste infarto, electricidad e insomnio,
la tinta de todo lo que no me atreví a decir.
El tacto de un temblor precioso,
una lucha de gigantes bajo un volcán.
Y siento tanto haberte echado de menos,
ausentarme de las noches eternas,y los días no vividos
pero tenía una reunión en la cumbre
con el hombre de los guantes verdes.
Él es Mr. November, o el espíritu del vino,
el hombre que confundía los sentidos,
las manos que me hicieron Posidonia
en este mar que no cesa.
Hubiéramos podido vivir
entre montañas de basura,
o transformarme en sirena varada
y pasar el inverno contigo.
Pudiste ser el artista revelación,
el fotógrafo del alma,
el hombre delgado que no flaqueara jamás,
Oniria encontrando a insomnia.
Pudimos ser los valientes,
y viajar al final de la noche,
saborear tú boca espiral,
lo que Jekyll le dijo a Hyde.
Y así estoy yo sin ti,
siendo la chica triste (que moriría) por hacerte reír,
bailando con mi camisa hawaiana de fuerza,
y tú, tumbado en mi moqueta azul.
Podríamos regalarnos canciones nuevas,
jugando (con las ganas) a no ganar.
Pero yo me quedo contigo,
y todas las canciones que no se van.
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