Paisaje, vino, carbón y otros recursos minerales, historia... De todos los atributos que adornan este concejo, el más extenso de Asturias, es el agua, la del río Narcea que lo atraviesa de sur a norte, el que fue elegido en su momento para que formara parte de su nueva denominación oficial.
También las aguas, las del Narcea y las del Luiña, están muy ligadas a la villa que, con igual nombre, ostenta la capitalidad del concejo, pues fue en la confluencia de ambos ríos donde, según parece, se asentaron los primeros pobladores del lugar, por más que no será hasta mediados del siglo XIII cuando la población sea reconocida oficialmente como tal al serle otorgada por Alfoso X la «carta puebla» o diploma fundacional.
Iglesia de la Virgen del Carmen y barrio de Entrambasaguas
Asentado en la confluencia de ambos ríos (Luiña y Narcea) y con el llamado puente romano como nexo de uníon, el barrio de Entrambasaguas aún conserva buena parte de su trazado medieval, por más que las edificaciones que permanecen en pie fueran edificadas tiempo después. Así sucede con la iglesia de la Virgen del Carmen o la casona de Uría (levantadas en la primera mitad del siglo XVIII). Recorriendo sus empedradas callejuelas también podemos encontrar algunas muestras de arquitectura popular, como la llamada casa de Ibo, con un bello corredor de madera.
Una villa, dos parroquias
Hastas finales del siglo XIX la villa de Cangas estaba dividida en dos parroquias. La iglesia de la Virgen del Carmen era la referencia del barrio de Entrambasaguas, cabecera de la parroquia del mismo nombre que durante siglos fue coto señorial del poderoso monasterio de Corias. La de La Magdalena, lo fue del resto de la población.
Basílica de Santa María Magdalena
El templo de Santa María Magdalena (colegiata primero y basílica desde el año 1982) se terminó de construir hacia 1642 en el solar que había ocupado una antigua iglesia románica. Se edificó por iniciativa del cangués Fernando de Valdés y Llano, arzobispo de Granada y presidente del Consejo de Catilla, según proyecto diseñado por el arquitecto grandino Bartolomé Fernández Lechuga. El edificio es, al decir de algunos, uno de los mejor trazados y realizados de la región y, en todo caso, un excelente ejemplo de su arquitectura barroca religiosa, como bien se puede comprobar al observar su portada, una gran fachada construida con buena sillería flanqueada por dos torres.
La proximidad al monasterio de Corias por un lado y la celebración de un mercado semanal y varias ferias anuales otorgadas en la carta puebla, por otro, propiciaron una creciente actividad económica, lo cual favoreció el asentamiento de varias familias nobles en la villa, como bien puede comprobar el visitante que pasee por la calle Mayor, la de Iglesia o de la Fuente.
Palacio de Omaña
Situado en las inmediaciones de la basílica, su construcción originaria data del siglo XVI aunque de entonces sólo permanezcan en pie la puerta con arco de medio punto y los escudos familiares.
Palacio de los condes de Toreno
Fue construido en los primeros años del siglo XVIII, con trazas del maestro avilesino García de la Barrera, en las que se puede apreciar un predominio de la horizontalidad y la simetría, evidentes en la fachada, flanqueada por dos torres, en cada una de las cuales se sitúan los escudos de los propietarios.
Palacio de los Llano (s.XVII)
El sillarejo de los muros de este palacio urbano evidencian el paso del tiempo. Con todo, aún se puede observar en su fachada las bellas proporciones de su diseño, siendo también de destacar en la primera planta la existencia de esos balcones con forma de púlpito.
No son estas las únicas edificaciones de interés que el visitante podrá contemplar a una y otra orilla del río. Caminando por el centro histórico se topará con la Capilla del Hospitalín, único resto del hospital construido a mediados del XVI por la familia Omaña, el palacio de los Peñalba, el palacio de los Flórez-Llano, la casa de Ferreiro o alguna fuente del siglo XVII.
Los cangueses actuales no conocieron la antigua división parroquial, pues las de Entambasaguas y la de Santa María Magdalena se unificaron a finales del XIX, celebran en el mes de julio las fiestas del Carmen y de La Magdalena y cruzan a diario los puentes que unen los distintos barrios, el llamado romano, de origen medieval, y el colgante, construido en 1970.
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Algunas pistas de interés en Cangas del Narcea
Bosque de Moal
Restaurante Blanco
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