No sé a ustedes pero a mí me recuerda está fotografía a una infancia increíble donde la imaginación, la creatividad y porque no decirlo, el hambre, lograban sacar lo mejor de uno mismo y vivir momentos increíbles.
Como ya habrán intuido por el titular del artículo, estamos en Triana, en la desapacida Cava vieja o Cava alta, digo desaparecida por qué nos queda de ella dos casas mal contadas, un convento y un colegio. ¿Ven esas ventanas tan peculiares tras los chiquillos que se refrescan en la fuente y que calman con su agua la canícula trianera?...
Es el antiguo Colegio Reina Victoria, el mismo que da nombre a la calle que vemos hacer esquina con Pages del Corro...
Hoy en día ya no tenemos ni la fuente, ni los adoquines, ni los gitanillos de la Cava que daban vida y gloria a un barrio que durante siglos fue la otra orilla, el límite entre el bien y el mal de aquella edad media sevillana donde solo los enfermos y pobres eran sus únicos habitantes...ahora cómprate un piso allí con un sueldo de mil euros si puedes, que yo te pago la mitad...
Refresquen su memoria, sus recuerdos y aprieten los dientes, ya solo queda un mes de sufrimiento para nosotros, los sevillanos que sobrevivimos a la sobra se nuestro aire acondicionado porque árboles ya no nos quedan.
Sevilla gráfica
ABC