Cinco años han pasado desde que brillaran y deslumbraran Europa entera sus "Luces al atardecer" (2006), luces que suponían además el comienzo de un largo y merecido descanso únicamente perturbado por su participación en la película colectiva "Chacun son cinéma"(2007). Hablamos de un Kaurismäki especialmente prolífico en la década de los 90, etapa en la que rodó siete películas, y mucho más relajado desde comienzos de un nuevo milenio en el que únicamente ha rodado "Un hombre sin pasado" (Gran Premio del Jurado en Cannes y Nominada al Oscar como Mejor Película de Habla no inglesa) y la anteriormente mencionada "Luces al atardecer." Motivos más que suficientes para celebrar su regreso a primera plana con "Le Havre." ¿La gran novedad? Esta vez no ha rodado en Finlandia, ni tampoco habla finés. Filmó en Francia y lo hizo en francés.
Protagonizada por Andre Wilms, Kati Outinen y Jen Pierre Darrousin, "Le Havre" nos cuenta la historia de Marcel Marx, antiguo escritor y bohemio famoso, exiliado voluntariamente en la ciudad portuaria de Le Havre donde su trabajo honorable pero no lucrativo de limpiabotas le hace sentirse más cerca de la gente por estar a su servicio. Ha aceptado renunciar a su ambición literaria y lleva una vida satisfactoria en el triángulo formado por el bar de la esquina, su trabajo y su mujer Arletty, cuando de repente el destino hace que se cruce en su camino un niño inmigrante originario de África negra. Cuando en ese momento Arletty cae gravemente enferma y debe guardar cama, Marcel debe luchar contra el frío muro de la indiferencia humana armado únicamente con su optimismo innato y la obstinada solidaridad de los habitantes de su barrio. Se enfrenta a la mecánica ciega de un Estado de derecho occidental, representado por el cerco policial que se estrecha sobre el joven refugiado. Es hora de que Marcel saque brillo a sus zapatos y muestre los dientes.