La Junta Electoral prohibió ayer la concentración porque “la petición del voto responsable” que piden miles de personas en todas las ciudades españolas “puede afectar a la campaña electoral y a la libertad de derecho de los ciudadanos al ejercicio del voto”. También se plantearon prohibir la jornada de reflexión ya que reflexionar puede cambiar o alterar la situación mental de los ciudadanos. Esto puede provocar que decidan votar a otros partidos que no sean el PP o el PSOE. Error, porque esto puede desembocar en cambios en el gobierno y en el sistema, y ¿quién quiere que eso suceda?
Así que como suele ocurrir en este país la prohibición triplicó el efecto llamada. Porque no hay algo que ponga más cachond@ a un español y a una española que algo prohibido y claro pasó lo que tenía que pasar. La #acampadasol se llenó mucho más que el martes y antes de la hora a la que estaba prevista la concentración ya no cabía un alfiler en la plaza a pesar de las múltiples medidas disuasorias que desde la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid, sumado al esfuerzo de la Delegación del Gobierno, prepararon para todo el que se atreviera a ir a Sol.
La Junta Electoral puso de su parte
El despliegue policial fue inaudito. Alrededor de doce ‘lecheras’ de la Policía Nacional en la plaza y una media de dos en cada calle de acceso a ésta. Agentes desplegados a lo largo y ancho de las calles pedían aleatoriamente la documentación a quien veían con pinta de “antisistema”, “izquierdoso radical” o “peligroso anarkoide”. Porque claro, a los abuelos, familias y todo tipo de gente de bien que se manifestó pacíficamente no forman parte de este movimiento marginal que como dice el liberal Jiménez Losantos es una “concentración mugrienta. Incluso Metro de Madrid alertaba por megafonía que la gente no acudiera a Sol recordando que podían incumplir la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, y que eso podía conllevar hasta penas de cárcel. Está más que claro. Tienen miedo.
No somos antisistema, el sistema es antinosotros
Y mientras tanto el PSOE y el PP siguen dando órdenes bien clara a sus voceros oficiales. Ataque indiscriminado desde los medios de comunicación. Todo tipo de falacias siguen saliendo de la boca de los tertulianos (ayer rezaba un cartel: detrás de cada corrupto ha seis tertulianos). Insisten en la idea de que es un movimiento abstencionista, de grupos radicales de izquierda, manipulados por partidos políticos, sin ideas claras… Ladran, luego cabalgamos. Y como ayer leí en Twitter: “me he cansado de votar partidos que dan asco para que no ganen partidos que dan miedo“.