Algo verdaderamente grave ocurre en nuestra sociedad cuando a la vez que aumenta el número de niños y jóvenes que deciden acabar con su vida, los adultos mayores nos aferramos a ella, tratando de prolongarla.
Reciente estudio del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica de la Universidad de Guadalajara revela que la cifra de suicidios en la población infanto-juvenil se ha disparado en 300 por ciento en la última década.
Resulta que el grupo de edad más afectado por el suicidio en los años 90 era el de adultos mayores, seguido por el de la tercera y cuarta década de la vida, pero hace apenas unos años que el 52 por ciento corresponde a jóvenes de 15 a 24 años de edad.
Como probables causas de este fenómeno, el director de dicha institución, dependiente del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, Francisco Gutiérrez Rodríguez, explica que los jóvenes, además de enfrentar hoy una crisis socio-económica, sobre todo en materia de empleo, no están canalizando su tiempo libre a través del deporte o el ejercicio, sino por las nuevas tecnologías marcadas por el sedentarismo.
Bien que el Estado brinde apoyos a través de la Línea de Intervención en Crisis, que pone a disposición el teléfono 075 para el área metropolitana de Guadalajara y el 01 800 227 47 47 para el resto de Jalisco. Sin embargo, siempre será mejor prevenir que lamentar: Hay que ir al fondo del problema fomentando el empleo y el deporte, porque sociedad que abandona a su juventud está irremisiblemente perdida.
Artículo publicado por el diario La Crónica de Hoy Jalisco en su edición del viernes 28 de agosto de 2015.