Pero también por su exquisita carne de ternera, criada en altura (por encima de los 1.300 mts) y con marca de calidad “Guadanorte”, imprescindible en la ruta gastronómica del mismo nombre. Conviene recordar que esta tierra siempre fue tierra de pastores y ganado.
Además de estos encantos tiene otros que pasan desapercibidos y que bien merecen una visita:
- Abrigo prehistórico de El Portalón, con pinturas rupestres
- Ruinas del Castillo de Diempures, del siglo XIII, ubicado en El Castellar.
- La iglesia de San Pedro y la ermita de Valdeiglesias.
El casco urbano, auténticamente serrano, con casonas construidas con sillares y sillarejo donde se ven escudos que recuerdan un pasado glorioso.
En verano y otoño Cantalojas vive sus mejores momentos. Ahora, a las puertas del invierno, se recoge sobre si misma para aguantar frío, hielos y nieve hasta que la primavera la libere.
Lar-ami
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