Canterano de la semana : Stephan El Shaarawy

Publicado el 01 marzo 2013 por Canteranosmundo @CanteranosMundo
Viene con fuerza, irrumpiendo como adolescente talentoso y atrapando por su hiperactividad ofensiva, el proyecto estrella (o para algunos ya la estrella confirmada) del Milan ya está en San Siro y sólo tiene 19 años: Stephan El Shaarawy. Es dinámico, inteligente en su constante búsqueda de espacios y revulsivo por la actividad que genera a su alrededor. De grandes movimientos en desmarque, de insultante libertad y con la excelsa seguridad de su potencial como mejor aliado. No conoce la timidez ni tampoco la inocencia y es un joven taimado, pues ha necesitado sólo media temporada en San Siro para quitarse de encima cualquier tensión ante el escenario que lo examinaba. 
Un contexto al que atacó, retó y hasta derrumbó cuando algunos analistas ya le colocan como fijo en los planes de la próxima campaña. El diamante que desean abrillantar en Milanello y que viene a confirmar el intento de rejuvenecer firmemente su vestuario, ese que debe liderar en las mejores pretensiones desde la posición de ‘tre-quartista’ o partiendo ligeramente desde el extremo (cualquiera porque ambidiestro).  

Y es que este italiano de padre egipcio (de alli el exótico apellido), sabe lo que es tener el foco de la expectativa en sus piernas desde que con catorce años abandonó la coqueta comuna de Savona (en Liguria) rumbo al Genoa. El equipo Griffone, una institución tan rocambolesca en sus decisiones como alargada en sus tentáculos con jugadores de categorías inferiores, lo sacó del modesto Ligune tras ser observado por Michele Sbravati  y lo haría debutar profesionalmente en Serie A con apenas 16 años. Esa prematura aparición, histórica porque está entre los diez más jóvenes en alcanzar el primer nivel italiano, generó la respuesta más deseada, la de una llamada internacional. Su origen egipcio podría haberle traído problemas, pero que su padre entendió y respaldó que eligiera ya desde tan menudo, el escudo italiano. 


Sin opciones en los planes de Giampiero Gasperini, su explosión en el Mundial Sub 17 de 2009 le hizo ser cedido al Padoa con la clara intención de buscar minutos y desarrollo en un nivel inferior donde se encontrara más cómodo. Y lo que se inició como una situación difícil sin encontrar su lugar, acabó como el año de explosión definitiva, destacándose como uno de los mejores de la categoría y siendo la estrella del conjunto biancorossi. Nueve goles, detalles talentosos con descaro y plena confianza en sus habilidades, lo habían convertido en la firme promesa que todos pretendían en Serie A pero que, gracias a las buenas relaciones de Preziosi con Galliani (líderes mercantiles de Genoa y Milan), acabó engrosando la nómina del proyecto de Massimiliano Allegri este verano. Los 7,5 millones de su traspaso (más el alemán Merkel cedido), ya reflejaban lo que estaba por llegar. 

Casi desconocido para el gran público, su puesta en escena no ha podido ser más atractiva. Un enorme repertorio de regates, controles y habilidades que ha sabido re-adaptar a su exigencia, pues mientras en Padoa sí era mucho más vistoso y quizás no tan efectivo, ahora es tremendamente básico en sus conceptos y siempre aporta condicionantes positivos al ataque del Milan. Buen cambio de ritmo, confianza plena en la definición y un desparpajo que en San Siro ya ha cuajado para derrumbar leyendas con su envidiable adolescencia. Acaba de firmar su renovación haste el 2018. En la presente temporada, en la que el Milan ha tenido que hacer frente a la marcha de sus mayores estrellas, entre ellas Ibrahimovic y Thiago Silva, que ficharon por el Paris Saint Germain, El Shaarawy se ha convertido en una de las piezas clave en el esquema del técnico Massimiliano Allegri.