No voy a nombrar a Oriente,
no voy a nombrar la Sierra,
no voy a nombrar la guerra
no voy a nombrar la frente,
la frente para el laurel,
la frente de plomo y uva:
voy a nombrar a Fidel.
Ése que para en la tierra
y esperanza que se aferra;
ese que en valor se baña,
ese que allá en la montaña
como si fuese de caña.
que tienen el sueño recto.
sobre el café y las palmeras-;
como un ciclón repentino,
como un montón de banderas.
Por su insomnio y sus pesares
por su amor al veintiséis,
por todos sus malestares,
por su paso entre espinares
por la sangre del Moncada
que habrá dejado una estrella
en su pupila guardada.
que le falta sobre el pecho,
por su barba, por su lecho
con gallos tibios de horror
yo empuño también mi honor
en este verso que estalla
como granada de amor.
Gracias por ser de verdad,
gracias por hacernos hombres,
gracias por cuidar los nombres
que tiene la libertad.
gracias por tu rifle fiel,
por tu ingle de varón.
Gracias por tu corazón.
Gracias por todo, Fidel.