Celia Hart Santamaría.
Ayer, bajo la más linda luna de febrero presentamos la Revolución Traicionada de León Trotsky de la editorial española Fundación Federico Engels, en la XVII Feria del Libro de La Habana Esta feria anual, donde todo parece ser posible. La sala Fernando Ortiz estaba a tope y por fin pudimos darle un pequeño espacio al Jefe del Ejercito Rojo dentro de la única revolución socialista del mundo que no ha sido traicionada. Me inundaba la felicidad de exponer cómo, las medidas verdaderamente socialistas como la nacionalización plena de los medios de producción, el fortalecimiento del plan económico estatal en contrapunto con la desdichada y hasta cierto punto necesaria NEP que dejó Lenin como parte de su herencia, eran levantadas como bandera por la Oposición de Izquierda, que muy temprano comenzó a observar a dónde llevaban las melladas armas del capitalismo. Fue un privilegio inaudito poder meditar haciendo ese puente de continuidad entre Trotsky y el Che dentro de la vívida revolución de Fidel. Allí le dije al público que teníamos que salvar, cual rara especie en extinción, los resortes de esta maravillosa e inédita aventura…en la cual seguía presente día a día el buen Lenin, con la astucia, el aplomo y la coherencia para ayudarnos a evitar retrocesos irreversibles. Se cerró la noche con ánimos de seguir conversando y de seguir entendiendo cúales son los peligros que pueden asechar a una revolución en marcha. León Trotsky, tan difamado por unos, tergiversado por otros, olvidado por la mayoría, volvía a tomar esta vez el palacio de Invierno, precisamente allí donde su camarada el Che Guevara puso su comandancia general en los albores de 1959. Parecía que efectivamente era mucho más de lo esperado: Que se encontraran de una buena vez con sus enseñanzas, sus errores y su amor militante el viejo bolchevique con la única revolución socialista que queda en el mundo. Esta revolución que ha sostenido la fe, más allá de todos los libros, de todos los pronósticos, de toda la maldad que consume la Tierra.. .Mi linda revolución que muestra frente a los horrores carcomidos y en metástasis del mundo del Capital lo que son capaces los hombres y mujeres de hacer cuando son convocados a desatar sus buenas disposiciones y a gobernar sus ancestrales instintos para reproducir la vida material… a través del Trabajo. La tibia noche, el adictivo olor a tinta fresca de aquel lugar, la risa optimista de los amigos, parecía envolvernos, terminé diciendo:”Propongo enviar de regalo este libro al compañero Fidel” Pero es demasiado frágil la felicidad y por alguna incierta razón me levanté hoy mucho antes de que amaneciera…. enciendo el ordenador y alguien me grita desde otra parte del mundo”Fidel renunció”. Casi sin poder teclear… reviso el periódico oficial de nuestro Partido Comunista GRANMA: “A mis entrañables compatriotas, que me hicieron el inmenso honor de elegirme en días recientes como miembro del Parlamento, en cuyo seno se deben adoptar acuerdos importantes para el destino de nuestra Revolución, les comunico que no aspiraré ni aceptaré- repito- no aspiraré ni aceptaré, el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe”. Tú puedes aceptarlo, incluso ordenarlo Fidel, pero yo y gran parte de este pueblo dentro de su corazón no va a aceptar que dejes de ser nuestro Comandante. Tu pueblo, lo que más vale de él, tiene las entrañas más humanas del mundo, y va a seguir bajo tus calladas órdenes. Fidel podrá renunciar a ser el presidente de la República de Cuba, en realidad que es un cargo que lo puede llevar cualquiera de nuestros dirigentes, pero Fidel no puede, aunque quiera, dejar de ser el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana , aunque esté enfermo, y sólo tengamos derecho a saber de él por sus reflexiones. Ese cargo sólo se lleva a votación en el alma de los revolucionarios cubanos, y esas almas no aceptaran la renuncia. Además leyendo con cuidado… Fidel no pronunció la palabra renunciar. Porque esa palabra no está en su diccionario, él no acepta ser elegido presidente del Consejo de Estado y de Ministros… que es diferente. Nuevamente a nuestros enemigos de fuera y dentro que se cuiden mucho… porque Fidel no ha muerto y está combatiendo desde una peligrosa trinchera, sin dejar de dar órdenes, explicitas o en clave…. La primera la dijo ya: “Desconfío de las sendas aparentemente fáciles de la apologética, o la autoflagelación como antítesis” A los enemigos de afuera, que radican principalmente en la Florida, que no se les ocurra comprar una vez más sus valijas, y que anden cuidadosos, porque Fidel no ha muerto y su espíritu es todavía más fuerte y astuto que nunca. Que sigan en su carnaval electoral que nosotros seguimos mejor nuestro campeonato de béisbol, que es mucho más divertido. Y a los enemigos tapados de adentro, que se anden con cuidado y no se apresuren a enarbolar sus manchadas banderitas que con sofismas raquíticos y engañosos inviten a una pausada restauración del aberrante capitalismo, porque a diferencia de la revolución bolchevique está revolución no está traicionada, y que la izquierda en todo caso no está asesinada, ni exiliada… Si se intenta un camino como han seguido las revoluciones que han muerto… tendrán que comenzar por asesinar a unos cuantos de nosotros y volar la isla en pedazos. Ahora debemos rearmar la guerra, no más que eso. Hugo Chávez debe darse prisa en la revolución bolivariana y radicalizar aquel proceso. O Chávez o los bolivarianos que entiendan que estamos en el momento de los hornos… como dijo José Martí y que sólo es preciso ver la luz. Entonces Fidel, solo vamos a llorar lo necesario… y tú cuídate, y afila la punta de tu lápiz… pues estés donde estés Cuba puede tener tan sólo un Comandante en Jefe.Hasta la Victoria
Comandante en Jefe Ordene
* Este articulo fue publicado en aporrea.or el 19 de febrero de 2008, XVII de su serie de Canto Intimo. Celia Hart Santamaria fallecio a los 45 años de edad en un accidente de tráfico junto a su hermano Abel Hart Santamaría de 48 años, hijos de Armando Hart Dávalos y Haydée Santamaría.