A mí, particularmente, lo que más me alegra del Premio Nobel a Dylan es el reconocimiento expreso que se realiza por parte de la Academia Sueca, buque insignia de eso que nos presentan como “alta cultura”, del Rock como una expresión cultural más. Sí, que el Rock es cultura, claro que sí. Ya era hora, sí, ¡ya era hora! Ha costado, pero lo hemos conseguido. Hay que entenderlo como una constante en la Historia del Arte, tardamos, tardan los eruditos, en aceptar y asimilar las nuevas tendencias. Por esa regla de tres, Rubén Blades podría ganar el Cervantes, me preguntaron con sorna. Pues claro que sí, y hasta el Nobel, que también se premia la Literatura en español, acuérdese usted de Cela y Vargas Llosa, respondí. Parece que, tal y como canta Dylan en su mítica canción, todo se consigue si resistimos, si aguantamos, como un canto rodado. Pues vamos a ello, como salmones contra la corriente.
A mí, particularmente, lo que más me alegra del Premio Nobel a Dylan es el reconocimiento expreso que se realiza por parte de la Academia Sueca, buque insignia de eso que nos presentan como “alta cultura”, del Rock como una expresión cultural más. Sí, que el Rock es cultura, claro que sí. Ya era hora, sí, ¡ya era hora! Ha costado, pero lo hemos conseguido. Hay que entenderlo como una constante en la Historia del Arte, tardamos, tardan los eruditos, en aceptar y asimilar las nuevas tendencias. Por esa regla de tres, Rubén Blades podría ganar el Cervantes, me preguntaron con sorna. Pues claro que sí, y hasta el Nobel, que también se premia la Literatura en español, acuérdese usted de Cela y Vargas Llosa, respondí. Parece que, tal y como canta Dylan en su mítica canción, todo se consigue si resistimos, si aguantamos, como un canto rodado. Pues vamos a ello, como salmones contra la corriente.