Capacidades nucleares de Estados Unidos

Publicado el 07 julio 2014 por Jamesnava123

Tal y como advertimos algunos especialistas y analistas militares tras la firma del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Nuevo START) hace cuatro años por Estados Unidos y la Federación Rusa, los términos del mismo eran en gran parte contrarios a los intereses de defensa estadounidenses. Esto se le hizo ver al presidente Obama donde y como corresponde, pero como donde hay capitán no manda marinero, la advertencia quedó en el cajón de los buenos propósitos y se siguió adelante.
El tratado limita a 800 el número total de vectores estratégicos estadounidenses desplegados y no desplegados. Para el 5 de febrero de 2018, la fuerza total de país, desplegada y no desplegada, consistiría, según el tratado, en 454 lanzadores de misiles balísticos intercontinentales (ICBM), 280 de misiles balísticos de lanzamiento submarino (SLBM) y 66 bombarderos pesados. Por si estos números no fueran ya preocupantes, teniendo en cuenta el panorama internacional, responsables políticos planean reducir drásticamente el número de armas nucleares desplegadas en submarinos y bombarderos estratégicos. Los lumbreras de la Administración planean reducir el número de misiles nucleares de los submarinos de los actuales 336 a 240 en 2018, es decir, un 29%. De acuerdo a estos planes, el número de bombarderos estratégicos B-52 y B-2 se reduciría en un 38%, pasando de los actuales 96 a 66 dentro de cuatro años.
Una reducción mucho menor afectará a las lanzaderas de misiles balísticos intercontinentales desplegados en tierra, ya que su número se reducirá de 454 a 400 (un 12%) para 2018.

Ahora que el tiempo y la realidad nos da la razón a quienes formulamos aquella advertencia, con Rusia eludiendo las reducciones de misiles nucleares pactadas en el Nuevo START, violando incluso convenios anteriores como el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Medio (INF), y con un tratado que no establece un proceso de verificación aceptable y que, en la práctica, permite a los rusos desarrollar sus arsenales nucleares sin ser detectados ni controlados, volvemos a plantear el tema con la acuciante necesidad esta vez de estudiar una más que necesaria retirada del tratado de marras y destinar nuevas inversiones, que hacen falta como el comer, a la más que veterana infraestructura de armas nucleares estadounidense, e incrementar nuestras capacidades de defensa nuclear y misilística. No debemos perder de vista que países tan poco amistosos como Irán y Corea del Norte han estado mejorando sus respectivas capacidades misilísticas. Y no son los únicos.

Una de las áreas donde la Administración Obama ha cometido fallos que deberíamos subsanar cuanto antes es en la priorización de la defensa con misiles y la modernización del arsenal nuclear. No decimos que haya que gastar como en los años duros de la guerra fría, pero actualizar algunas capacidades es necesario y se han abandonado en estos años.
Los acontecimientos mundiales, con Rusia en plan gallito de corral, nos vuelven a dar la razón y se la quitan a esos recortes amplios que la Administración Obama ha aplicado en los presupuestos destinados a la defensa nuclear y misilística. Si hasta se ha defendido desde la Casa Blanca una reducción unilateral del 33 por ciento bajo niveles del nuevo START. Una decisión mala, unilateral (¿lo he dicho?, pues lo repito) y mala, que deja la seguridad de este país al albur de las fuerzas rusas, que crecen con inusitada rapidez.

Es el momento de reevaluar estas políticas en materia nuclear y de misiles, porque el interés y la seguridad nacional de este país exigen otras medidas que no van por el camino marcado y que abren peligrosos frentes.
Estados Unidos debe modernizar y desarrollar sus fuerzas nucleares si queremos estar en disposición de protegernos de las amenazas que surgen en un mundo inestable y con riesgos evidentes (Rusia, Corea del Norte, Irán…). Debemos hacerlo en un plazo que no admite demasiadas demoras más. Y esta sí debe ser una acción unilateral, sin mirar lo que hace Rusia, que ya hace bastante.
Para ello es importante establecer cómo se reducirán las fuerzas nucleares estratégicas antes de la fecha límite fijada por el nuevo START, en 2018, de cara a poder programar un calendario real de modernización de las capacidades nucleares, incluyendo los submarinos nucleares y los bombarderos.
No es algo que los políticos se hayan planteado en serio, más allá de sus anuncios propagandísticos para ganarse el favor de la opinión pública. pero deberían hacérselo mirar, y con urgencia.