Tengo que decir que como madre me he horrorizado en algunos momentos, he pasado verdadera angustia empatizando con esta niña que va sola en metro, habla con desconocidos e incluso… hace pactos de sangre! No he conseguido empatizar con Miss Lunatic, ni me ha parecido alguien entrañable, ni la he visto como símbolo de la libertad, a lo mejor si me hubiera leído el libro hace 20 años, quizás sí… ahí lo dejo…
Pero, no obstante, y a pesar del final que, a mí particularmente, tampoco me lo esperaba ni me ha gustado, lo recomiendo, porque tiene partes francamente interesantes.