Capitalismo de amigotes a la cubana

Publicado el 15 abril 2010 por Jorge Gómez A.
El caso de Max Marambio es un ejemplo claro de Crony Capitalismo (de amigotes) pero con etiqueta socialista.

Gary Becker y Joseph Stiglitz coinciden en que el Capitalismo de Amigotes consiste en una estructura de favores, privilegios y nexos entre las autoridades estales y el empresariado (privado o burocrático), mediante el cual las corporaciones empresariales (privadas o mixtas) obtienen poder económico no por su competitividad o innovación, sino que gracias a sus conexiones cercanas al gobierno de turno.
Esa lógica no sólo se da en sociedad que en general se consideran capitalistas, sino también en los llamados estados socialistas o comunistas, donde los burócratas más cercanos a las altas cúpulas dirigenciales partidarias o estatales, obtienen beneficios económicos como tierras, subsidios, exenciones tributarias o adjudicaciones automáticas en forma de estatización.
En cualquiera de los casos, lo que se esconde siempre es un favoritismo, ya sea en la forma de una democracia isonómica; o como un gobierno autoritario y dictatorial. En ambos casos, los cercanos a la elite obtienen todo tipo de beneficios en desmedro del resto de los ciudadanos comunes.
Tanto la retórica de la privatización como la de la estatización son instrumentos que se utilizan en esa estructura de privilegios y favores. Así, un amigo del gobierno de turno puede comprar fácilmente una empresa (privatizarla) sin licitación o convertirse en el comisario inamovible de una empresa estatal (estatizarla).
En ambos casos, se produce rent seeking, cuando se busca obtener ingresos a través de la manipulación o la explotación del entorno económico, y no mediante las transacciones económicas y la producción.
En otras palabras, Capitalismo de amigotes, donde algunos (amigos del gobierno) se apropian de parte de las ganancias de las empresas del Estado, ya sea como sus nuevos dueños o como sus interventores. Esto último fue lo que ocurrió claramente con Max Marambio. Fidel le permitió y le ayudó a convertirse en empresario y ha hacerse rico a través de una empresa “estatal”.
Por orden y apoyo de Fidel Castro, en 1978 Max Marambio, en ese entonces miembro de Tropas Especiales, la fuerza militar de elite bajo del líder cubano, montó la empresa Cimex que le permitió iniciarse como un próspero empresario.
Gracias a sus nexos con la elite cubana y sobre todo Fidel Castro, Marambio rápidamente hizo crecer su empresa (mixta en términos discursivos, pero privada en términos de ganancia), que luego derivó en su negocio relacionado con el criadero de gansos, llamado La Oca. No sólo él se vio beneficiado con sus cercanías a la elite, sino también su hermano Marcel, dueño de la agencia de turismo Sol y Son, la segunda operadora turística de Cuba, gracias al proteccionismo estatal cubano.
Rápidamente expandió sus intereses empresariales y estableció negocios con el empresario Carlos Cardoen, el mismo que creó -con millones de dólares entregados por el Estado chileno- su empresa de fabricación y exportación de armamentos durante la dictadura de Pinochet. Otro ejemplo de Capitalismo de amigotes, pero de derecha.
Ambos empresarios –crony capitalistas de distinto color- se asociaron en la empresa productora y comercializadora de jugos y lácteos Tropical Island, antecesora de la compañía mixta Río Zaza, propiedad mixta de Marambio y el Estado cubano, hoy cuestionada por el régimen por haber aplicado sobreprecios a sus productos.
Era obvio, como el Estado cubano garantizaba el monopolio a la empresa de Marambio (que tenían ventas de US$ 100 millones al año) era muy probable que ésta aplicara sobreprecios a la venta de sus productos. Es un resultado del monopolio alimentado por el propio Estado. Capitalismo de Amigotes.