Las agencias de calificación -S&P, Moody’s, Fitch…- son piedra angular del proceso de emisión, circulación y venta; y del desastre posterior. Sin apenas regulación ni controles, detentan un enorme poder, son juez y parte en el negocio, asesoran a los bancos emisores y estudian el producto calificándolo, juzgándolo, por tanto para aumentar sus jugosas comisiones, mienten descaradamente dando altas calificaciones a productos que ellas contribuyen a colocar, como se demostró que hicieron en esta crisis con millones de lotes de hipotecas subprime, dando alta valoración de AAA, que indicaba gran seguridad en ese activo, con poco riesgo para la inversión, lo cual lógicamente induce a su compraventa masiva.
–Existen estimaciones de que los productos estructurados, securizados, alcanzaban la cifra de 9 trillones de dólares, (900.000 billones de dólares en terminología europea), de los cuales un 60% aspiraba a tener clasificación AAA (*)-, lo cual se realizaba con el sistema de sacar de un lote bueno, que ya tenía AAA, una parte que se juntaba con otro lote de subprime, concediendo al nuevo paquete la alta calificación en función de la parte buena.
La mayoría de instituciones de inversión colectiva, siguen esas recomendaciones al vincular altos porcentajes de sus cifras de inversión en aquellos productos financieros que tienen una determinada calificación referenciada por las tres grandes agencias. Cuando éstas anuncian una rebaja de calificación generan graves turbulencias. Por ejemplo, de la deuda del Reino de España, suele provocar en los mercados una disminución masiva de compradores y aumentan las ventas masivas por parte de la mayoría de fondos de inversión, lo cual encarece y dificulta la financiación de la deuda soberana y por consiguiente dificulta y encarece la financiación del resto de empresas españolas.
Llegados aquí cualquiera podría pensar que simplemente con rechazarlas, o poner otras, quedaba resuelto el problema, pero no parece que las cosas sean tan sencillas en el mundo real. El poder de las agencias es enorme y su rendición de cuentas extremadamente pequeña, su capacidad de influencia deviene de la confianza generada en el pasado, lo cual significa que sus opiniones sean aceptadas masivamente por los múltiples agentes de los mercados con mayor credibilidad que las emitidas por gobiernos, partidos políticos o grandes corporaciones, que no olvidemos son también partes interesadas en los procesos financieros, por lo que usted podrá desear una cosa y cientos de miles de personas interesadas en las finanzas harán caso a quien les parezca. Hasta que las críticas minoren esa confianza, y los gobiernos y organismos internacionales exijan comportamientos menos mafiosos. De ahí la importancia de que Europa rechace estas agencias y cuente con las suyas propias sometidas a controles, reguladas, por la UE.
Sobre las agencias y España escribí el 29 de abril de 2010:
S&P baja la calificacióndel Reino de España
La bajada de calificación de la deuda española es un grave problema (Y lo de Grecia es terrible). Por qué es tan grave? me preguntaron en cierta ocasión unos amigos sindicalistas, pues porque encarece nuestros préstamos y necesitamos muchos para poder pagar/renovar todos los que tenemos, por tanto aumenta nuestro déficit y nos hará trabajar más duro para que nos presten el mismo dinero, imprescindible para seguir y además esto lo deciden fundamentalmente 3 grandes agencias de calificación, responsables directas de la debacle de la crisis.
'El trabajo de calificación de riesgos lo realizan agencias como Moody's o S&P, los engañadores de las hipotecas basuras y otros ‘productos de ingeniería financiera’, causantes directos de la crisis en la que estamos instalados. Una seguridad dada por ellos desvía cantidades ingentes de fondos en esa dirección y una duda sembrada por ellos supone elevados costes, en el caso del que hablamos habrá que devolver los préstamos con intereses más altos.'
El jueves 17 de diciembre 2009reincidía en el mismo temay recogía una idea de Ángel Laborda, director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros, que refiriéndose a las agencias de calificación de riesgos decía en un‘artículo reciente de 13/12/09’ …‘’No parece muy racional que cuestiones tan importantes dependan de informes y calificaciones de agencias que, si tuvieran un poquito de vergüenza, lo menos que deberían hacer es disculparse por haber coadyuvado en grado máximo a provocar una de las mayores crisis financieras de la historia.’’…
Ahora me interesa destacar otro aspecto de la noticia, que es su tratamiento por los ultramedios. En todos ellos se lanza la misma consigna, nos bajan la calificación a España, gobierno ZP culpable.
Naturalmente que el gobierno del Sr. Zapatero se ha equivocado en el tratamiento de la crisis, desde su negación, pasando por su infravaloración, hasta sus continuas vacilaciones, llegando a la falta de decisión en torno a tomar medidas de gobierno sin esperar tanto tiempo a acuerdos que no van a llegar. Naturalmente que la deuda pública española es preocupante, pero por cierto es muy inferior a la media europea y por tanto a la de Grecia, Italia, Bélgica, Hungría, Francia, Portugal, Reino Unido, Alemania, Holanda, Irlanda, Austria y EEUU y Japón, naturalmente que el déficit es más preocupante y aumentará la deuda, porque crece muy rápidamente por el aumento veloz de los gastos y el frenazo de los ingresos, y lo que es peor no se ven perspectivas fáciles de corrección.
Pero oigan ustedes, ultramedios, la‘deuda PRIVADA de España’es gigantesca y más preocupante que la pública y está frenando toda posibilidad de desarrollo económico para varios años, las deudas de familias, de empresas, de la banca, la deuda privada es muy superior a la pública y muy preocupante para los mercados y agencias de calificación. Sobre la deuda privada no he escuchado comentarios en El Mundo, o Intereconomía, o Telemadrid, o Libertad Digital.
Esa deuda privada ha sido generada desde hace 15 años en el entorno de la burbuja inmobiliaria comenzada y apoyada gobernando el PP (quizás será la explicación de no escuchar nada), cientos de miles de particulares, miles de empresarios, cientos de banqueros en bancos y cajas, cientos de analistas económicos y financieros, recomendaban invertir en tierra y ladrillos, apalancar las inversiones, (20 veces, o 100 …), ‘por cada uno recobrarás diez, esto es Jauja’. Pero al final la lata se abrió y solo eran sardinas lo que había dentro.
Este es el problema de la generación de la crisis, que luego han tratado de remendar los gobiernos, apuntalando el edificio para que no se cayera sobre los que estaban trabajando, como siempre. Los gobiernos podían haber hecho tal y cual, muy bien, pero oigan ustedes, ultramedios, hablen alguna vez de la responsabilidad civil, de los empresarios y no solo de los políticos, que parece que la sociedad sale corriendo y solo tiene culpas reservadas para los políticos. O será que utilizan la crisis como el gran ariete para derribar la puerta del castillo. (*) Las estimaciones forman parte de las conclusiones de ‘’Summer course on recent developments in financial economics’’ celebrado en julio 2008 en la Universidad de Harvard, USA.