Cuando la humanidad confirmó la existencia de vida inteligente tecnológicamente avanzada en otros planetas, el mundo se sumió en el caos. A duras penas los gobiernos consiguieron controlar la situación, hasta que la ONU se manifestó; presentaron un plan para equipar a la tierra con una flota de naves capaces de viajar fuera de nuestra galaxia.
Y presentaron a los alienígenas que estaban auspiciando dicho plan:
Los Monolitos del Espacio.
Claro, era el nombre más apropiado en lenguaje humano, pero probablemente era igual de ridículo en su propio idioma. Como sea, los misteriosos benefactores ayudaron a la humanidad a contactar y hacer un pacto de defensa con los Dimsunianos, y luego a detener la amenaza del imperio Laconiano antes de que se desatara una guerra. Y así se establecio la Flota Estelar.
Pero nuestra historia no trata de nada de esto.
Esta es la historia de Fernando Milla, el primer soldado de la Flota que subió directamente en un día al rango de Capitán, tras convertirse en el prometido de la hija del General y ser puesto al mando de una estación espacial cuya tripulación esta exclusivamente compuesta por chicas que no han visto un hombre en cinco años.
Y si creíste que la suerte es injusta pues te equivocaste. Y si crees que sólo favorece a los estúpidos pues ahí si te doy la razón. Fernando es un taba y el motivo de su acenso es que su “futuro suegro” esta empecinado en deshacerse de él. Sin mancharse las manos de sangre, por supuesto.
La estación espacial es la Estrella Estelar, literalmente emplazada en el poto de la galaxia (La Constelación del Poto de la Galaxia, para ser más precisos). Es una chatarra total, mal mantenida por una tripulación que no tiene la culpa de ser tan hermosamente problemática e ineficiente para el resto de la Flota Estelar.
Vivian Santi es la jefa de seguridad de la estación, cuya pasión por las armas la ha hecho dueña de una envidiable colección de equipo militar. Claro, también ha hecho que la cataloguen como “mala pagadora” en los sistemas bancarios de todos los planetas conocidos. Obviamente es una vergüenza para la Flota estelar, que prefiere mantenerla oculta.
Alice Inchains es la genio encargada de comunicaciones de la estación. Lamentablemente es también la persona menos comunicativa del universo, por lo cual es común que la estación permanezca incomunicada, aunque el equipo esté en perfectas condiciones. Todo esto le dió a la flota una muy buena excusa para destacarla a la Estrella Estelar.
Harriet McLaren es la encargada de echar a perder todo en la estación, trabajo que realiza con una eficiencia y dedicación impecables. Claro, por algún motivo extraño ella insiste en explicar que en realidad es la Ingeniera de Mantenimiento de la estación y que su trabajo es precisamente lo opuesto, pero sus acciones hablan por sí solas, acallando su propia humildad. Está demás mencionar que por esto mismo la Flota Estelar le desea lo mejor en el destino más alejado posible.
Marshana de Lacon es de la estación su piloto y táctica militar, y tambien es de Lacon su habitante. La guambría esta asada porque de la Flota sus oficiales la tratan como si fuera una marshana cualquiera y no la dejan subir de puesto las malditas boas oe. Asi que como buena shipiba se mantiene fuertota y afila sus cachos, hasta el dia que le llegue su san benito, osea su zambrano montalván. Igual entre Harriet y ella se están tirando los juanes, porque ni tejas ni tejos les quedan.
Y finalmente, pero no por eso menos última, la pequeña Min Pao, de Dim-Sum. Esta bola con pelos alienígena es la doctora y psiquiatra de la nave, a la que se le ha confiado la salud mental de la tripulación, tan terriblemente frágil en un ambiente asi de aislado como la Estrella Estelar. Pero no se engañen, su diminuto aspecto esconde a una furibunda ninfómana que se divierte en hacer de todo para que la tripulación no pueda dejar de pensar en sexo. Sexo sano y psicologicamente benéfico, claro. O cualquier otra clase de sexo.
Asi que volviendo a nuestra pregunta inicial ¿De qué otra forma iba a llamar esta tripulación a su capitán?
Capitán Nandito es una miniserie de 12 capítulos, catalogada como apta para publico mayor de 14 años. Tiene sin embargo sólo una regular cantidad de contenido ecchi y harta comedia, sazonada con fan service pero que guarda sin embargo algunas sorpresas y giros argumentales interesantes. ¿Logrará el capitán regresar a los brazos de su adorada Stefy o quedará atrapado entre los de toda la tripulación? ¿Qué tan activo está el cercano imperio Laconiano? ¿Qué pretenden realmente los obeliscos del espacio? ¿Qué condujo a que se reuniera esta tripulación tan extraña y por qué motivo no son simplemente expulsadas de la Flota Estelar?
Estén atentos: ¡Capitán Nandito no ha hecho más que comenzar!