Acaba el día 17 de marzo del 2083. José y Nadia estaban en el restaurante persa Azraq Chel-Lal tomándose una copa de duc. En realidad, según decía Yousuf, el dueño del local, el duc era para tomar durante la comida, como una bebida más, pero a Nadia afirmaba que, con la comida, precisaba de algo más liquido y que el duc1estaba mejor como aperitivo… y desde hacia tiempo ellos lo tomaban así. Finalmente llegaron Robert y Kalinga. –No sé qué manía tienes –protestó Kalinga– de vernos en los bajos fondos, José. Con lo bien que se está en la ciudad alta. El restaurante, como casi todos los demás restaurantes extranjeros, se hallaba en la ciudad baja, o antigua, llamada así porque, tras las últimas reformas, se había quedado debajo de la plataforma en la que se construyó la ciudad nueva (llamada también ciudad alta) planificada por los gobiernos dictatoriales del PUE. Esa fue la “solución solidaria” que adopto el gobierno de la Unión Europea, cuando los partidos de izquierda exigieron del gabinete ultraderechista al crear las “ciudades protegidas”. Estas eran ciudades en las que casi todo (tráfico, energía, ventilación, etc…) estaba controlado por ordenador, y en las que los carísimos pisos poseían ventanas herméticas con cristales especiales para el filtrado de los rayos ultra-violeta (los mismos que protegían las elegantes calles peatonales a las que solo se podía acceder desde los patios) y por supuesto sistemas de aire acondicionado con eliminación de la contaminación. El proyecto fue propuesto por una empresa privada y, en principio, iba a ser financiado por el gobierno con vistas a crear la futura capital de la Unión Europea. Sin embargo la oposición se opuso a él por considerarlo elitista, la de izquierdas, o un despilfarro de dinero público, la de derechas. Poco duró la oposición, tras las elecciones del 40 en las que el Partido de Unificación nacional Europea (ultraderechista) prometió repartir los pisos únicamente entre los ciudadanos europeos y por riguroso sorteo, en el momento en que se acabase el proyecto, así como proteger la mayoría de las otras ciudades frente a la contaminación y las radiaciones, promesas que le valieron ganar las elecciones, y que cumplió una vez aprobó la ley de exclusión, por la que se privaba de la ciudadanía, y por tanto del sorteo, a todos aquellos que no fueran de raza blanca. Además, en cuanto a la protección se hizo parcial, lenta y solo en determinadas ciudades. Esto llevo a protestas y disturbios. Cuando la oposición del CRR, conocido como Cielos Rojos de Radiación, exigió, en una de las pocas votaciones que pudo ganar, que se respetaran los derechos de las minorías, y se protegiera a los no ciudadanos de los rayos ultra violeta, la respuesta del gobierno fue que podían instalarse bajo de las zonas protegidas (Las ciudades se elevaron para evitar las corrientes de aguas contaminadas que, en la mayoría, aparecían por las calles debido a lo deficiente del alcantarillado) pero que no había presupuesto para más. Y así la mayoría de los que, paradójicamente, habían amontonado los ladrillos y construido (con sus manos) las grandes y nuevas ciudades protegidas, no tuvieron más remedio que refugiarse, bajo ellas, en las peores zonas. El descrédito final, tras el fracaso de algunas medidas, Les llevó a perder las elecciones del 49, aunque mantuvieron el poder por determinados subterfugis hasta que fueron perdiendo los gobiernos estatales y estos se levantaron en el 56 contra el gobierno central de la Unión, todos se alegraron que, pese a la política de defensa y seguridad coordinada, los ejércitos y la policía estuvieran en manos de los gobiernos estatales y no de la Unión, que en aquellos momentos fue menos Unión que nunca.
----------- 1 DUC: Bebida de yogur con hierbas refrescante y de sabor ligeramente agrio. Creo que de origen persa, o al menos yo la probé así como tal.