–Pero ¿cuál es el objetivo? –se extrañó Kalinga –Impedir que la gente se envicie con la red –respondió Nadia. –Los mismos programas piratas –continuó su discurso José– que van a generar el tráfico ficticio informaran al programa de seguridad de la sobrecarga. Este dará la alarma e iniciara el desvío del tráfico. Esto generara más tráfico de datos en la red ya que todas las comunicaciones deberán ser enviadas a la estación más cercana y se desconectara la recepción de nuevas comunicaciones, enviando error a los solicitantes para que intenten otra ruta. Este es el método normal, que funciona cuándo falla una estación. Pero, esta vez, no fallara una estación, sino que simultáneamente se dará la alarma en todas las estaciones y subestaciones de Europa, Norteamérica, Australia, Oriente Lejano y parte del cercano. Y os recuerdo que las subestaciones no solo son los retransmisores de la red, es decir los núcleos de las empresas de telefonía, sino también las centrales nucleares, térmicas e hidráulicas. La mayoría de los centros de producción de energía eléctrica están conectados como nodos de la red, de hecho un tercio del volumen de datos viaja por las líneas eléctricas. En las dos últimas se dejara de producir inmediatamente y en las nucleares se iniciara la parada de emergencia, con lo que el cese de la producción eléctrica será casi total en unas tres horas. En realidad casi nadie notara la caída de la red, porque todos estarán sin electricidad. Todos los satélites quedaran desconectados, al desconectarse sus estaciones de recepción, salvo los militares. Mientras, en estas y en todas las estaciones de datos, se empezaran a desconectar los monitores. Las estaciones quedaran aisladas del control humano, gobernadas únicamente por el programa de seguridad. Sin poder trabajar, incluso los más lentos iniciaran la evacuación. »En las ciudades empezara a notarse la falta del fluido eléctrico, los equipos de transmisión de datos y las estaciones de la red, empezaran a dar los primeros errores de conexión, otras aun seguirán con el mensaje de en proceso y reintentándolo. En las estaciones secundarias menos cargadas empezaran a llegar los errores de la supuesta reserva, se preguntara si se prueba con otra mientras se reintenta. A los veinte segundos sin que el operador ordene cambiar o no, y aunque la primera reserva no haya respondido (aunque sea con error) se iniciara la conexión con la segunda y tercera reserva. En la mayoría de núcleos urbanos la energía habrá dejado de existir, salvo los hospitales y otros centros que dispongan de generadores de emergencia.
–Pero ¿cuál es el objetivo? –se extrañó Kalinga –Impedir que la gente se envicie con la red –respondió Nadia. –Los mismos programas piratas –continuó su discurso José– que van a generar el tráfico ficticio informaran al programa de seguridad de la sobrecarga. Este dará la alarma e iniciara el desvío del tráfico. Esto generara más tráfico de datos en la red ya que todas las comunicaciones deberán ser enviadas a la estación más cercana y se desconectara la recepción de nuevas comunicaciones, enviando error a los solicitantes para que intenten otra ruta. Este es el método normal, que funciona cuándo falla una estación. Pero, esta vez, no fallara una estación, sino que simultáneamente se dará la alarma en todas las estaciones y subestaciones de Europa, Norteamérica, Australia, Oriente Lejano y parte del cercano. Y os recuerdo que las subestaciones no solo son los retransmisores de la red, es decir los núcleos de las empresas de telefonía, sino también las centrales nucleares, térmicas e hidráulicas. La mayoría de los centros de producción de energía eléctrica están conectados como nodos de la red, de hecho un tercio del volumen de datos viaja por las líneas eléctricas. En las dos últimas se dejara de producir inmediatamente y en las nucleares se iniciara la parada de emergencia, con lo que el cese de la producción eléctrica será casi total en unas tres horas. En realidad casi nadie notara la caída de la red, porque todos estarán sin electricidad. Todos los satélites quedaran desconectados, al desconectarse sus estaciones de recepción, salvo los militares. Mientras, en estas y en todas las estaciones de datos, se empezaran a desconectar los monitores. Las estaciones quedaran aisladas del control humano, gobernadas únicamente por el programa de seguridad. Sin poder trabajar, incluso los más lentos iniciaran la evacuación. »En las ciudades empezara a notarse la falta del fluido eléctrico, los equipos de transmisión de datos y las estaciones de la red, empezaran a dar los primeros errores de conexión, otras aun seguirán con el mensaje de en proceso y reintentándolo. En las estaciones secundarias menos cargadas empezaran a llegar los errores de la supuesta reserva, se preguntara si se prueba con otra mientras se reintenta. A los veinte segundos sin que el operador ordene cambiar o no, y aunque la primera reserva no haya respondido (aunque sea con error) se iniciara la conexión con la segunda y tercera reserva. En la mayoría de núcleos urbanos la energía habrá dejado de existir, salvo los hospitales y otros centros que dispongan de generadores de emergencia.