-Garlopa…tú y yo…primero…nos tomaremos una cerveza Enana, ¡saca un portal a Forjaz!.- exclamó Diblu.-¿Piensas en cerveza?...¿ahora?-respondió asombrado Garlopa.- Claro, sino como esperas que haga los planes de asalto, necesito zumo enano de cebada.
Con las órdenes dadas cada uno se dedicó a los cometidos que tenían. Javia y Punxeta buscaron por Ventormenta a su escuadrón de asalto para conseguir las ropas hordas, eligieron a Knack, un guerrero humano bastante poco social y siempre con ganas de bronca, Safiro una cazadora elfa de la noche, era mortífera bajo esa sonrisa y cara angelical, Khensyn un pícaro humano experto en extorsión y Nooelia una Dk Draeni con corazón horda por haber sido criada por orcos refugiados en Shattrath, ella posiblemente podría ser la llave para conseguir ropas hordas sin derramar sangre o derramando lo menos posible.
Por otro lado, Agroj, junto a sus compañeros de armas Xavicu, un mago humano brutal en los ataques congelantes y paralizadores, Avenur un elfo de la noche druida experto en ataques mágicos y Nanku un Dk humano experto en el cuerpo a cuerpo hasta el último aliento se pusieron manos a la obra con el entrenamiento de los reclutas… era hora de sudar, mas sudor en tiempo de paz menos sangre en tiempo de guerra.
Al otro lado de Ventormenta cerca de la entrada a la catedral, dos guerreros un humano y un elfo preparaban un guiso de caracoles, mientras discutían y se golpeaban, esperando que fuera comida útil para nuestros héroes. Esos guerreros maestros del fogón eran conocidos por Santo y Nefritis-Te he dicho que la cantidad de caracoles que estas poniendo en el estofado tiene que ser el triple que el número de tomates y de verduras-Dijo Santo-Es mi guiso de caracoles ¡Mi guiso mis normas! ¿Te queda claro?, Diblu y los demás nunca han protestado que si mas tomate o menos tomate Santo-Aclaro Nefritis- ¡¡Callense y cocinen en voz baja!! Belavi esta concentrado dentro de la catedral, no querrán que salga molesto con ustedes y se moleste Diblu porque no nos hemos ganado la bendición, antes de la caceria de hordas.-Dijo con una voz muy aguda Grae en su forma humana, era una sacerdote Huargen, muy creyente en el dios de la luz encargada de representar a la Hermandad de los Héroes de la Infantería en la catedral.
-Lo sentimos Grae no se lo digas a Belavi… pero que conste que mi receta lleva el doble de caracoles, que para algo soy el maestro de caracoles-Tuvo que decir Santo mientras volvía a pegarse con Nefritis lo más silenciosamente posible.
Al otro lado del mundo, en Durotar, Numac hablaba con su mano derecha Ezë, el Dk elfo de sangre famoso en todo Azeroth por la carnicería que propino en Gnomeran........