En el periodo de vacaciones nos resulta más fácil bajar el ritmo que llevamos durante el resto del año, ahora bien, ¿es porque hacemos menos?, ¿porque baja el nivel de actividad?
Yo no sé tú, pero yo sigo haciendo bastantes cosas incluso cuando estoy de vacaciones.
De hecho, no es extraño hablar de la necesidad de tomarse unas vacaciones para recuperarse de las vacaciones.
Sin embargo, el cansancio vacacional es distinto que el cansancio del día de diario, porque, aunque hagamos el mismo número de actividades o incluso más, el ritmo que llevamos es distinto.
Y el ritmo, como os propongo esta semana, también es cuestión de perspectiva. No de número de actividades.
En el capítulo de esta semana verás que hay una diferencia entre ir rápido e ir con prisas. Que se puede reducir la sensación de estrés, la aceleración interna o las prisas, sin dejar de hacer lo que tenemos planificado para el día.
Pon en práctica las 3 ideas que comparto esta semana contigo incluso si estás de vacaciones y comienza a practicar con el poder que tienes de mantenerte más serena, estable y centrada por dentro, mientras haces todo lo que tienes que hacer.
Mientras todo a tu alrededor se mueve con rapidez.
Mientras las demandas externas siguen apareciendo y la lista de quehaceres creciendo.
Porque al final del día, si vamos con prisas o estresados, veremos que es, como muchas otras cosas, cuestión de perspectiva.
Las ideas que te propongo son para mí una forma de extender al día de diario lo que ya sabemos hacer en vacaciones o fines de semana.
Verás que es sencillo. Que tú también lo puedes hacer.
Y que, con la práctica, el periodo de vacaciones o de disfrute se puede extender al resto del año.
A mí se me hace muy extraño vivir durante la semana para disfrutar el fin de semana o en vacaciones.
Mi deseo es que disfrutes más, y más ratos.
Y bajar el ritmo interno es una de las maneras para conseguirlo.
¡Feliz semana!
Un abrazo muy fuerte, Mónica