Tomado blog Cyohueso
La abogada Ana Teresa Argotti, quien esta vinculada con el exdiplomático venezolano Misael López Soto y es asesora de Lilian Tintori, fue capturada en Caracas con pasaportes, cédulas de identidad y material para la elaboración de documentos en el interior del automovil que conducía, tras una revisión de rutina efectuada por agentes de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), según una fuente de absoluta confianza.
La mujer de 36 años llevaba consigo 17 cédulas de identidad, 6 pasaportes, 9 piezas de papel moneda o de seguridad en blanco para imprimir cédulas, 20 plásticos para cédulas, 6 sellos y 36 timbres fiscales. Tales artículos son de uso exclusivo del servicio de identificación por lo que su tenencia por un particular implica la falsificación de documentos de identidad. Asimismo portaba 200 dólares y 300 mil bolívares en efectivo.
López, es el exconsejero de la embajada de Venezuela en Irak, que denunció a través de CNN una supuesta red de tráfico y venta de pasaportes venezolanos. Dichas acusaciones fueron desmentidas el pasado 15 de febrero por la canciller venezolana Delcy Rodríguez al tiempo que ofreció pruebas de que el antiguo funcionario está vinculado con el partido Voluntad Popular y con grupos antichavistas radicados en Estados Unidos y además participó en un intento de fraude con fondos de la embajada.
La investigación tras la captura de la mujer, según datos obtenidos por La Tabla, se orienta a establecer posibles vinculaciones con López Soto en casos de falsificacion de cédulas y pasaportes que han sido entregados a ciudadanos de origen árabe y asiático.
Asimismo los investigadores están evaluando la hipótesis de que la abogada Argotti haya estado relacionada con la falsificación de un pasaporte facilitado al diputado Luis Florido para viajar a los Estados Unidos.
Omar Rafael García Lazo
Hace unos días asistimos en la ONU a un striptease político. Como todo espectáculo, tuvo su cadencia progresiva y su momento clímax, en la medida en que el protagonista, el Presidente de EE.UU., en un acto casi perfecto, fue mostrando sus esencias imperiales.
Barack Obama llegó al podio de la ONU con una corbata azul bien anudada. Evitó la energía y la fuerza del rojo y prefirió la estabilidad y la profundidad del azul. Sin embargo, el contenido de sus palabras distó de la profundidad de un estadista y de la fuerza de un líder. En el podio de la desvencijada ONU, habló simplemente el representante de la gran potencia.
Esperar otra cosa de él hubiese sido caer en el error de aquellos que, desesperados, quisieron ver una esperanza en la decisión del establishment estadounidense de poner un joven abogado negro en la Casa Blanca.
Sin embargo, hubo un matiz. Podría, incluso, llamarse “el matiz de Obama”. Esa característica suya de intentar congeniar sus capacidades intelectuales y proyección oratoria con el contenido imperativo e imperialista de una potencia que trata de recomponer su hegemonía internacional. Pero esta vez Obama pareció haber llegado al límite de sus posibilidades hipnotizadoras. Su discurso en la ONU fue simplemente cínico.
El Emperador tejió sus palabras con altanería y arrogancia, y como un mandato insoslayable ante cualquier micrófono, recalcó que seguirá fomentando “la democracia, los derechos humanos y la apertura de los mercados” al estilo estadounidense. Tres objetivos generales de la política exterior yanqui que sirven de base ideológica a sus acciones intervencionistas. Para lograrlo utilizarán “todos los recursos” que estén en sus manos “incluyendo la fuerza militar”. Esta sarta de metas y dogmas seguirá flotando, como una condena, sobre el Medio Oriente y el mundo.
Respecto a Siria dejó claro el chantaje y la amenaza: si no hay una resolución sobre las armas químicas de Damasco que contemple el uso de la fuerza, la ONU habrá demostrado su incapacidad. Entonces, ¿qué hará Washington? Por ahora, solo patalear, pues los rusos han dejado claro que no quieren alusiones guerreristas en el documento.
Sobre el responsable del uso de gas sarín el 21 de agosto fue enfático: “el régimen sirio”. Y aseguró tener “pruebas aplastantes” para demostrarlo, solo que parece que están guardadas en la misma caja fuerte donde Bush escondió las evidencias sobre las bombas de Saddam. Y para que no reparáramos en detalles, continuó su desnudo moral en torno al mástil de la pasarela.
En un giro oratorio inimaginable, identificó al programa nuclear de Irán y al conflicto israelo-palestino como dos de las causas de la inestabilidad en la región. Obama trató de ocultar la impotencia que el Imperio rumia por la firmeza de la República Islámica. Llegó a decir que respeta el derecho iraní a usar energía nuclear con fines pacíficos y que apelará a la diplomacia para solucionar el tema. Hoy no tiene alternativa, vista su incapacidad disuasiva frente a Teherán, al que tal vez intente alejar de la alianza que mantiene con Siria y Hezbollah.
Inverosímil fue su ejecutoria cuando mencionó el conflicto israelo-palestino. Fue sumamente difícil encontrar una coma distinta, algún matiz singular en sus palabras. Para Obama los palestinos tienen la paz en sus manos, solo tienen que dejar de lanzar cohetes, aceptar las colonias y seguir negociando. Y aseguró que Israel llegó para quedarse, que EE.UU. continuará apoyando su existencia como “estado judío” y también, claro, el de Palestina. Pero no dio más detalles de cómo lograr “la difícil senda de la paz”.
El resto del discurso estuvo cargado de líneas de mensajes, posturas definidas y consignas reiteradas, aderezadas con el uso intencionado de símbolos y valores humanos contrarios a la práctica de su gobierno, aunque llamó la atención el desenfado con que deslindó a los “extremistas” y la “oposición moderada” en Siria de los “terroristas” en Afganistán y Mali.
Pero perecía que ya estaba totalmente desnudo y no había nada más que ver cuando llegó el momento clímax, el paroxismo erótico-imperial, los puntos sobre las íes, o como dijera cualquier abuelo: la desfachatez. De repente, en plena actuación, hizo volar por el aire una última pieza que cubría el milímetro de decencia que le quedaba.
De una forma descarnada y natural nos sonó en el rostro que “EE.UU. a veces trabaja con gobiernos que no están a la altura de las expectativas internacionales más altas, pero están con nosotros en la defensa de nuestros intereses fundamentales”….Y llegó a reconocer que algunos podrían llamarle “hipócrita”.
Franklin D. Roosevelt mostró igual desvergüenza (pragmatismo le llaman ellos), cuando dijo algo parecido décadas atrás, aunque con menos hondura intelectual. Refiriéndose al dictador nicaragüense Anastasio Somoza expresó: “puede que sea un hijo de p…, pero es nuestro hijo de p…”.
Obama se ha desnudado, aunque hace ya algún tiempo andaba bastante descubierto. Sus vericuetos lingüísticos son cada vez menos elaborados. La situación le exige retomar la iniciativa política, aunque eso implique renunciar a las ligeras prendas morales que lo mostraban como un demócrata. El establishment manda y hay que dejar el falso pudor. ¿Todavía alguien lo duda?
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¿Se roban o se fugan los cerebros? ¿Acaso no es lo mismo?
09/26/2012 editormiradas Deja un comentario Ir a los comentariosHace unas horas el sitio Cubadebate publicó un artículo titulado “La emigración cubana y su manipulación política por Estados Unidos”. En él se hacía referencia al “robo de cerebros”.
Muy interesado estoy en continuar en mi blog el tema migratorio, hasta hablar finalmente de la reforma, por supuesto; pero el “robo” o “fuga de cerebros” es una provocación que no quiero dejar escapar.
Alguien dijo una vez que las fugas de cerebros “siempre son consensuadas: quien tiene el capital económico propone y quien posee el capital intelectual dispone”. Eso es cierto, pero ¿es justo o ético que los que tienen capital económico asedien a los que no lo tienen y bloqueen sus salidas económicas, causando la decepción de una parte del capital intelectual que convive día a día en países que, como Cuba, intentan salir del subdesarrollo?
Dice Cubadebate: “No satisfechos con extraerlos del país, los persiguen por diversas partes del mundo. Vigente está el programa ideado por la administración Bush para captar médicos y otros especialistas de salud cubanos que prestan importantes servicios en decenas de países. Permanente es también el asedio a nuestros deportistas, reconocidos en los escenarios mundiales (…)”.
Para apoyarnos en estadísticas, consulté un informe del Banco Mundial, publicado en octubre de 2005, en el que se citan algunas estadísticas a las que vale la pena echarles una ojeada.
“En los últimos 40 años, más de un millón 200 mil profesionales de la región de América Latina y el Caribe emigraron hacia Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido. De Latinoamérica han emigrado como promedio más de 70 científicos por día durante 40 años”.
“De los 150 millones de personas que en el mundo participan en actividades científicas y tecnológicas, el 90 por ciento se concentran en los países de las siete naciones más industrializadas”.
“Varios países, sobre todo los pequeños de África, el Caribe y América Central, han perdido a través de la migración más del 30 por ciento de su población con educación superior”.
“El Caribe insular, donde el idioma de casi todos los países es el inglés, posee la fuga de cerebros más alta del mundo. En algunos de ellos, 8 de cada 10 egresados universitarios se han ido de sus naciones”.
“Más del 70 por ciento de los programadores de software de la compañía estadounidense Microsoft Corporation proceden de la India y América Latina”.
Ahora los dejo con un dato sobre Cuba, que no aparece en el citado informe: “Entre 1959 y el 2004 se graduaron en Cuba 805 903 profesionales, incluyendo médicos. La injusta política de Estados Unidos contra nuestro país nos ha privado del 5,16 por ciento de los profesionales graduados por la Revolución”.
Consultemos entonces a BBC Mundo. En un artículo publicado hace cinco años, se decía que entre 1990 y 2007, “la cifra de quienes abandonaron suelo latinoamericano con su título universitario bajo el brazo para instalarse en algunos de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) creció un 155%. En términos globales, unos cinco millones de médicos, ingenieros, arquitectos y otros profesionales latinoamericanos se han embarcado en viaje de ida para el año 2007. Más del 80% de ellos había escogido como destino Estados Unidos”.
La periodista agregaba que “la mayoría de los emigrantes no encuentra la realización profesional en otras fronteras. De acuerdo con la investigación del SELA, más del 60% termina trabajando en empleos que no se corresponden con su formación (…).México va a la cabeza con cerca de un millón 400 mil emigrantes altamente calificados para el año 2007, mientras que Cuba se sitúa en segundo lugar con alrededor de 400 mil profesionales”.
Los Estados Unidos han alentado durante décadas la emigración ilegal de cubanos hacia la Florida. Prometen “villas y castillas”. Algunas las cumplen, otras no. Leí los artículos de Edmundo García sobre el tema. La mayoría de los que se van no lo hacen por motivos políticos, lo hacen en busca de mejoras económicas, como la mayoría de los emigrantes en el mundo. Lamentablemente para ellos, muchos terminan frustrados, algunos incluso quieren regresar.
Alentar la emigración es tan poco ético como ahogar económicamente a un país. En un final, la crisis económica es la fuente de esa emigración; crisis económica que sería menor si no existiese el bloqueo contra Cuba ¿o me equivoco?
Dice el texto en Cubadebate que “mientras más de 429 mil indocumentados fueron detenidos y más de 397 mil inmigrantes fueron expulsados de Estados Unidos en el 2011, según reconoció hace unos días el Departamento de Seguridad Interior, los inmigrantes cubanos continúan recibiendo un tratamiento privilegiado a tono con los intereses subversivos de la política norteamericana hacia nuestro país”. No estoy en contra de que las personas emigren, estoy en contra de que el gobierno de Estados Unidos aliente la emigración ilegal con Cuba y que se siga metiendo en los asuntos que solo les atañen a los cubanos.
Termino con cuatro nombres, con cuatro historias, con cuatro amigos. Arlene estudiaba segundo año de ingeniería química y se fue. Yuly no terminó su carrera de Comunicación Social y también partió. Javier se despidió de sus amigos la semana pasada y recién escribió en Facebook que tiene “el gorrión subido”, no llegó a tercer año en la Facultad de Lenguas Extranjeras. El tío de mi amiga pinareña, es uno de los mejores médicos que ha tenido este país, se fue ilegalmente en una balsa hace unos siete años más o menos y no pudo darle un último adiós a su mamá. No sé si el término correcto es “robo” o “fuga” de cerebros, pero lo que sí creo con todas mis fuerzas es que Arlene, Yuly, Javier y “Pipe” serían cuatro excelentes profesionales aquí en Cuba, brindándoles servicios a los suyos, con su familia.
Me hubiera gustado que el destino de estas cuatro personas hubiese sido muy diferente. Me gustaría que si desean venir de vacaciones para ver a su familia y pasar un buen rato con los suyos, puedan hacerlo. Quisiera que emigrar en Cuba no fuera un conflicto. Desearía que todos mis amigos del pre y la universidad, se realizasen personal y profesionalmente en Cuba, conmigo, sin necesidad de emigrar. Para eso tendrían que cambiar muchas cosas, pero la mayoría de los cambios tendrían que hacerse allá, a 90 millas. Los grupos ultraderechistas norteamericanos deberían dejarnos ser a nuestra manera, libres y socialistas, como nos dé la gana. Esa sería una buena manera para dejar de hablar de “robos de cerebros” y para que este último párrafo no roce con la utopía.
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