José Robledo se encarga del inteligente guión de esta obra en tres actos perfectamente planificada. Ken Games está guiado por el recurso del monólogo interior en el que cada personaje reflexiona sobre su actividad como una metáfora de lo que es su vida, por el juego constante del contraste entre las acciones de los tres protagonistas en escenas paralelas, y por el dominio de la composición simétrica con efecto acumulativo y hasta irónico.
Marcial Toledano es un dibujante brillante, narrativamente magistral, que hace un uso cinético de las viñetas y un planteamiento discursivo en la forma en que construye cada página, reflejando con su concienzuda puesta en escena el milimetrado planteamiento del guión. Su trazo llamativo y de un realismo expresivo se complementa a la perfección con el atmosférico empleo plástico del color que convierte este comic en una sorpresa que se debe paladear a gran tamaño. Un entretejido de embustes publicado por Diábolo sobre el que planea la tragedia y que, como buen juego de mentirosos, no acaba de cerrarse hasta la última página. Un final repentino y frío como un mazazo, que plantea tantas preguntas como respuestas, para una obra rica en matices y llena de referencias que se disfruta más de un tirón. La edición integral se hace imprescindible.
Fran G. Lara