“Los Desesperados” es un thriller fronterizo que, a grades rasgos, nos cuenta una historia prototípica del género de un grupo de malhechores reunidos para robar bancos en una ciudad cercana a la frontera mexicana ven como su estudiada planificación se ve de pronto en peligro cuando vuelve a la ciudad el hijo de una de ellos dispuesto a recuperar el tiempo perdido con su madre, una manipuladora y despótica arpía con la que mantiene una incestuosa relación. Cuando todo el atraco se va al traste, la madre y sus dos hijos inician una desesperada huida hacia la frontera.
Pero, además, de ser una magnífica muestra de hard boiled puro y primigenio, conceptualmente se trata de un cómic redondo, diseñado y medido para que guión y dibujo vayan a la par en una armonía perfecta, más complicada aún si tenemos en cuenta de que estamos hablando de una pareja de artistas y no de un autor único.
Pero, para lograr todos esos efectos, cuenta con el fantástico despliegue básico de Mezzo quién logra crear la atmósfera fatalista necesaria a través de sus corruptos y feos personajes marcados por su maldad y que inevitablemente recuerdan a un maestro clásico del género negro en el cómic como es Chester Gould y su “Dick Tracy” o un autor tan moderno y visualmente transgresor del mismo como Charles Burns. Pero más allá de la galería de freaks que Mezzo nos muestra, es un dibujante pulcro y limpio en su narrativa, en la que estudia cada viñeta para que resulte tan perfecta e hipnótica que obligue al lector a demorar la lectura en su contemplación hipnótica haciendo que el ritmo de la lectura se ralentice y la obra adquiera una densidad negra y enfermiza claustrofóbica y agobiante (aun cuando buena parte de la historia se desarrolle en un desierto).
¿Es “Los Desesperados” una obra maestra del género negro en cómic? En mi opinión, sí. Es una obra fantástica que resume toda la esencia del género y la pone al servicio de una historia a partir de la cuál otros podrán indagar y desarrollar. Imprescindible.