Lo preparé en muy poco tiempo y eso que la crema pastelera la hice sobre la marcha, tan solo la tuve hora y media enfriando en la nevera y estaba perfecta. Tan solo preparé la mitad porque para el relleno me era suficiente con esa cantidad y para evitar posibles tentaciones de comer el resto a cucharadas, con otro dulce o quien sabe qué se me hubiese ocurrido con ella.
Creo que esta masa tiene infinidad de opciones, me va a dar muchísimo juego ya lo veréis. Es sencilla de manejar, está riquísima y te evitas tener que andar amasando, esperando tiempos de levado y estirando. Seguro que me la veréis utilizar en muchas más elaboraciones. Además tiene un precio más que asequible y te puede sacar de más de un apuro en cualquier momento o situación inesperada.
- 1 lata de masa de croissants de Lidl.
- La mitad de la receta de la crema pastelera express.
- 40-50 grms de gotas de chocolate.
- 20 grms de mantequilla derretida.
Para el glaseado:
- 4 cucharadas de azúcar glass.
- 2 cucharadas de leche.
Preparación:
Abriremos el bote de la masa de croissants y la pondremos sobre nuestra mesa de trabajo. Sobre la la masa, y con ayuda del dorso de una cuchara, extenderemos la crema pastelera por toda ella. Espolvorearemos las gotas de chocolate negro y enrollaremos. Obtendremos un cilindro del cual cortaremos lonchas de 1,5cm de grosor y las iremos depositando en la bandeja del horno, sobre la que habremos puesto un silpat o papel de horno. Iremos colocando las caracolas unas al lado de las otras (si quieres puedes ponerlas independientes para que cojan una forma redondeada perfecta). Una vez colocadas todas las caracolas en la bandeja las pincelaremos con la mantequilla y las hornearemos a 180º, horno precalentado y con calor arriba y abajo, durante 15-20 minutos o hasta que se nos doren ligeramente. Mientras se nos hacen mezclaremos los ingredientes del glaseado. Una vez horneadas las caracolas pincelaremos el glaseado sobre ellas. Podemos comerlas calientes, tibias o frías; de cualquiera de las formas están deliciosas.