Se ha debatido mucho acerca de si el empresario nace o se hace. Los partidarios de la primera postura argumentan una serie de características que consideran innatas, mientras que los de la segunda explican cómo los conocimientos y habilidades adquiridos pueden ser el factor diferencial. Unos y otros buscan ejemplos que corroboran su teoría, lo cual puede ser relativamente sencillo. Hay exitosos empresarios que no