La invención de Zapatero JOSÉ MARÍA RIDAO EL PAÍS - España - 07-06-2010
Que José Luis Rodríguez Zapatero ha perdido cualquier asomo de credibilidad; que la composición de su Gobierno no está a la altura que requieren los tiempos; que su situación política se parece cada vez más a un callejón sin salida, todo ello son apreciaciones que corroboran las encuestas y que a estas alturas pocos o muy pocos discuten…
… A fuerza de ejecutar políticas que jaleaban a la izquierda más pedestre y enardecían a los sectores ultramontanos del PP, convencido de que esa maniobra atenazaría a Rajoy en los extremos y se traduciría en carromatos de votos para el PSOE, Zapatero fue provocando una irritada movilización en su contra cuyo único y obsesivo objeto era y es echarlo de La Moncloa. Para esta movilización, poco importa que el instrumento para lograrlo sea Rajoy. O que se ignore qué hará el PP una vez que desaloje a Zapatero. O que sus credenciales como partido respetuoso de la integridad ética de las instituciones estén más que en entredicho. …
… Pero eso no hace de Rajoy un líder, y mucho menos el tipo de líder que necesita España para no adentrarse en una década perdida. Si acaso, lo aproxima a una criatura política que, como en las películas de ciencia ficción, se vuelve de pronto contra quien se frotó las manos al inventarlo en un laboratorio pensando que podría utilizarlo para sus propios fines. Una criatura política que no hace ascos a la estrategia suicida de sembrar dudas sobre las cuentas públicas españolas justo cuando, por una irresponsabilidad semejante, el nuevo Gobierno de Hungría a punto ha estado de provocar una catástrofe financiera. O que exhibe su apoyo a cargos públicos del PP investigados por graves casos de corrupción, solo porque lo estima conveniente tanto a su posición en el partido como a sus intereses electorales.
… El problema es que los acontecimientos marchan a una velocidad desacostumbrada, y después de las primeras reformas dignas de tal nombre emprendidas por el Gobierno vendrá la negociación de los Presupuestos, que desde fuera de España se seguirá con lupa. Y quién sabe si a continuación no vendrá un inevitable adelanto electoral, en la hipótesis de que el Ejecutivo no logre una mayoría para aprobarlos…
Entre la incompetencia y la inmoralidad se puede abrir paso una tercera alternativa: la búsqueda de soluciones inteligentes a los problemas.