El canto del carbonero es uno de los más típicos de nuestra campiña, un inconfundible ti-ti-chu ti-ti-chu ti-ti-chu trisilábico, siendo además uno de los pájaros que primero canta, ya desde el mes de enero. En esta época andan los carboneros, como otras muchas aves, muy ocupados llevando comida (normalmente larvas de insectos) a su numerosa prole, ya que puede poner hasta 10-12 huevos, como el caso de esta pareja que localicé en la zona de Ambiedes.
El de la foto anterior es el macho de la pareja, reconocible por el fuerte color amarillo de las partes inferiores y la línea negra, gruesa y continua. En la hembra el colorido es más apagado, y la línea negra es más fina y discontinua.